En "El tigre", Joël Dicker nos transporta a la gélida y enigmática Siberia de 1903, donde un pequeño pueblo ha sido devastado por un tigre de proporciones míticas. La noticia llega hasta San Petersburgo, sembrando el terror en el corazón de los rusos y llegando a oídos del zar, quien decide intervenir ofreciendo una recompensa considerable a quien logre dar caza a la bestia. Esta promesa atrae a una horda de cazadores, entre ellos, el joven Iván Levovitch, un cazador novato pero audaz, decidido a probar su valía y reclamar el premio.
Aunque la narrativa de Dicker en "El tigre" ha sido objeto de críticas mixtas, describiendo el estilo del autor como pretencioso y la trama como confusa, no se puede negar la intención del autor de explorar temas profundos a través de una historia de suspenso y aventura. El relato, influenciado por la literatura clásica rusa y anglosajona, se enreda en dilemas existenciales sobre la ambición humana, la lucha entre el hombre y la naturaleza, y la búsqueda de redención a través del conflicto con un enemigo casi sobrenatural.
A pesar de las críticas hacia su desarrollo y estructura, "El tigre" destaca por su capacidad de evocar imágenes vívidas de la vasta y despiadada Siberia, y de sumergir al lector en la psique de su protagonista. Iván Levovitch es presentado como un personaje cuya inexperiencia y bravura lo llevan a enfrentarse no solo con el tigre, sino con la esencia misma de su moralidad y sus límites éticos. La narrativa puede ser densa y en ocasiones críptica, lo cual podría ser tanto un punto de frustración como de fascinación para los lectores.
Finalmente, "El tigre" es un desafío literario que podría no ser para todos los gustos. Con una trama que a veces parece perderse en sus propias ambiciones, el libro ofrece una mezcla de aventura, introspección y crítica social que podría resonar con aquellos que buscan algo más que una simple historia de cacería. Aunque el relato ha sido descrito como corto y en ocasiones insatisfactorio, es innegable que Joël Dicker ha intentado algo audaz, quizás como un presagio de su futura obra en "La verdad sobre el caso Harry Quebert", donde su estilo y maestría se consolidarían en la literatura contemporánea.