La música del silencio, escrita por Patrick Rothfuss, se desvía de la épica narrativa de las aventuras de Kvothe para sumergirnos en el mundo íntimo y misterioso de Auri, uno de los personajes más enigmáticos y queridos de la serie Crónica del Asesino de Reyes. A diferencia de las novelas anteriores, esta obra no sigue una trama convencional, sino que nos ofrece una ventana a la existencia cotidiana de Auri durante siete días en la Subrealidad, un mundo oculto bajo la Universidad.
Auri, quien en su tiempo fue alumna de la Universidad, ahora vive apartada en este laberinto de túneles y salas abandonadas, cuidando y manteniendo el equilibrio de este lugar olvidado. La novela explora su relación peculiar con los objetos y lugares que la rodean, imbuidos de una presencia casi mágica. A través de su perspectiva, descubrimos que los objetos tienen nombres y personalidades, y que la lógica racional de la Universidad pierde sentido en la profundidad de su nuevo hogar.
La narrativa de Rothfuss en La música del silencio es poética y contemplativa, centrada en los detalles minuciosos de los alrededores de Auri y su interacción cuidadosa con ellos. No hay grandes eventos o revelaciones dramáticas; en cambio, el libro invita al lector a apreciar la belleza en lo mundano y a encontrar significado en la quietud. Es una exploración de la soledad, la belleza y el orden oculto en el caos aparente.
Si bien este libro puede no satisfacer a aquellos que buscan una continuación directa de las hazañas de Kvothe o una narrativa de acción típica, ofrece una profunda inmersión en la psique de Auri y en las sutilezas del mundo que Rothfuss ha creado. Para los fans del personaje y para quienes aprecian una escritura que desafía las convenciones del género narrativo tradicional, La música del silencio es una obra que merece atención.
En resumen, La música del silencio es más que una simple extensión de la Crónica del Asesino de Reyes; es un experimento literario que destaca la capacidad de Rothfuss para explorar nuevos territorios narrativos y profundizar en la caracterización de sus personajes. Este breve pero evocador texto no solo añade profundidad al universo de Kvothe, sino que también celebra las pequeñas maravillas de un mundo ignorado por muchos.