"De Fuerteventura a París" es una obra visceral y profundamente simbólica del célebre autor Miguel de Unamuno, escrita durante su exilio en la isla de Fuerteventura. En este diario poético, Unamuno canaliza su indignación y desesperación ante la opresiva tiranía de Primo de Rivera, cuyas acciones estaban devastando España en aquel entonces. Utilizando un lenguaje crudo y directo, el autor expresa su "santa cólera" a través de versos que reflejan tanto la desolación política como el austero paisaje majorero que lo rodea, sirviendo este último como un marcado contrapunto a la corrupción y el saqueo de su tierra natal.
En esta obra, Unamuno no solo denuncia la degradación moral y política de España, sino que también busca una catarsis personal. El desolado entorno de Fuerteventura, libre de intervenciones humanas, se convierte en una especie de santuario espiritual donde el autor persigue una comunión más profunda con lo divino, un tema recurrente en su búsqueda literaria y filosófica. Este paisaje, en su extrema desnudez, actúa como un espejo de la propia alma de Unamuno, reflejando tanto su tormento como su resistencia inquebrantable ante la adversidad.
Además de su significado personal y literario, "De Fuerteventura a París" tiene un impacto profundo en el contexto español. Los versos de Unamuno, cargados de crítica y dolor, resonaron dentro y fuera de España, contribuyendo a cuestionar y eventualmente desmantelar la dictadura de Primo de Rivera. Por otro lado, la obra también reivindica a Fuerteventura, una isla hasta entonces marginada y malinterpretada por su aridez y su historia de sufrimiento bajo un régimen señorial opresivo. Unamuno eleva la isla, otorgándole una nueva identidad moral y estética, transformando su percepción como maldita en un símbolo de resistencia y pureza esencial.
En resumen, "De Fuerteventura a París" es mucho más que un simple diario de exilio; es un testimonio poético de lucha, una reinterpretación del paisaje y la identidad, y un llamado a la reflexión sobre la naturaleza de la tiranía y la libertad. Miguel de Unamuno, con su característica maestría, nos ofrece una obra que es tanto un desahogo personal como un legado de incalculable valor para la cultura y la historia de España.