"En torno al casticismo" es una obra profundamente reflexiva y crítica de Miguel de Unamuno, publicada en 1895, que explora la esencia de la cultura española y su relación con la universalidad y la modernidad. A través de una serie de ensayos, Unamuno despliega su pensamiento sobre cómo la verdadera tradición no debe entenderse como algo estático o meramente repetitivo, sino como un legado vivo y evolutivo que se nutre de lo intrahistórico, es decir, de aquellos aspectos de la vida y la cultura que no siempre están en la superficie pero que forman la verdadera sustancia de la historia.
En el primer ensayo, Unamuno introduce la idea de la "tradición eterna", argumentando que el arte y la ciencia verdaderos trascienden el tiempo y el espacio, siendo universales y eternos. Critica la tendencia de reducir la vida a lo material, advirtiendo que tal enfoque conduce a la muerte espiritual de la sociedad. Utiliza la figura de Cervantes y su "Don Quijote" como ejemplo supremo de cómo lo profundamente español puede alcanzar una dimensión universal, transformando la identidad nacional en algo más amplio y profundamente humano.
El concepto de "intrahistoria" es central en la obra de Unamuno. Este término describe las vidas y hechos no registrados de las personas comunes que, aunque no aparecen en los relatos históricos tradicionales, son el verdadero motor de la historia y la cultura. En este sentido, Unamuno critica la historiografía convencional y plantea una visión más holística y profunda que reconoce la importancia de lo cotidiano y lo marginal. Argumenta que mientras los eventos superficiales pasan y son registrados por los periódicos, existe una corriente más profunda y constante que es la verdadera fuerza formadora de la cultura y la civilización.
Unamuno también reflexiona sobre la relación entre el pasado, el presente y el futuro, sugiriendo que todos coexisten en un continuo que él denomina la "tradición del presente". Esta idea desafía la noción de que solo ciertos momentos son "históricos" y propone en cambio que cada momento es histórico en tanto que parte de un flujo continuo de vida e historia. Esta visión permite una comprensión más amplia y rica de la historia humana, una que abarca tanto los grandes eventos como la vida diaria y persistente de la gente común.
En resumen, "En torno al casticismo" es un llamado a reconocer y valorar la riqueza de la vida intrahistórica, a entender la cultura y la identidad de manera dinámica y abierta, y a buscar lo universal en lo particular. Unamuno nos invita a reflexionar sobre cómo la cultura puede ser un puente entre lo local y lo global, y cómo el verdadero progreso humano depende de nuestra capacidad para abrazar y revitalizar nuestra herencia cultural en un diálogo constante con el mundo y con nosotros mismos.