"Cuadernos de Lanzarote I" de José Saramago es un fascinante diario personal en el que el laureado autor portugués nos permite adentrarnos en su vida cotidiana tras mudarse a Lanzarote en 1993. Esta obra no solo captura el día a día del escritor en la isla, sino que también ofrece una ventana a sus pensamientos más profundos, reflexiones sobre el mundo contemporáneo y apreciaciones sobre la literatura y la vida misma. A través de sus páginas, Saramago explora desde las trivialidades diarias hasta los interrogantes más existenciales, siempre con la agudeza y profundidad que caracterizan su escritura.
El diario es un compendio de géneros donde se mezclan la autobiografía, la memoria, el ensayo, y hasta el libro de viajes, proporcionando un retrato íntimo del escritor en un período significativo de su vida. La decisión de Saramago de establecerse en Lanzarote no fue trivial, y el libro detalla cómo este entorno insular se convierte en un refugio y una fuente de inspiración inagotable para él. La relación de Saramago con la isla y su paisaje se convierte en un elemento central, casi un personaje más dentro de la narrativa, influenciando y moldeando su obra literaria durante esos años.
Uno de los momentos más emblemáticos del libro ocurre cuando Saramago describe su ascenso a la Montaña Tersa, una experiencia que lo conecta de manera profunda con el paisaje volcánico de Lanzarote. Este episodio no solo es una aventura física ante los desafíos naturales, sino también una metáfora de su proceso creativo, escalando hacia nuevas alturas en su literatura. Además, la obra está salpicada de comentarios sobre la creciente afluencia de turistas a la isla, reflexionando sobre cómo este fenómeno afecta tanto al entorno natural como a la autenticidad de la experiencia insular.
Finalmente, "Cuadernos de Lanzarote I" es también un diálogo con figuras culturales clave de la isla, como el poeta César Manrique, cuya obra y visión del mundo encuentran eco en las páginas del diario de Saramago. Este intercambio enriquece la comprensión del autor sobre su nuevo hogar y añade una capa de intertextualidad a la obra. En conjunto, los diarios no solo documentan la vida de Saramago durante su estancia en Lanzarote, sino que también ofrecen reflexiones universales sobre la naturaleza humana, la sociedad y el acto de escribir. Es un documento esencial para cualquier admirador de Saramago y una obra que destaca por su honestidad, belleza literaria y profundidad intelectual.