"El enfermo imaginario" es la última obra y uno de los más célebres legados del dramaturgo francés Molière. Esta comedia-ballet, escrita en verso, fue estrenada en el Teatro del Palacio Real el 10 de febrero de 1673. Concebida como una crítica mordaz y humorística a la medicina de su tiempo, la obra transcurre en tres actos, cada uno dotado de una estructura rica en diálogos y enredos, con intermedios musicales que acompañan la narrativa, compuestos por Marc-Antoine Charpentier.
La trama gira en torno a Argán, un hipocondríaco que se obsesiona con su salud al punto de someterse a tratamientos y medicinas innecesarios, creyendo firmemente en su delicado estado de salud. Su segunda esposa, Bélisa, más interesada en la fortuna de Argán que en su bienestar, y sus dos hijas, Angélica y Luisita, completan el núcleo familiar. Angélica está enamorada de Cléante, pero su amor se ve obstaculizado por los planes de su padre, quien desea casarla con Thomas Diafoirus, un médico incompetente que garantizaría cuidados médicos perpetuos para Argán.
El conflicto se intensifica cuando Béraldo, hermano de Argán, intenta hacer ver la realidad a Argán sobre los intereses ocultos de quienes le rodean. La obra se desenvuelve en una serie de situaciones cómicas y revelaciones, donde la farsa y la sátira se entrelazan para exponer las absurdidades de la época respecto al tratamiento médico y la posición social que los médicos ocupaban. Personajes adicionales como el Sr. Purgon y el boticario Sr. Fleurant añaden capas de humor y crítica a la profesión médica.
La obra no solo es reconocida por su ingenioso texto y su crítica social, sino también por la música y los ballets que enriquecen la representación. A pesar de que Molière sufrió un colapso y falleció poco después de interpretar a Argán en una de las representaciones, "El enfermo imaginario" ha perdurado como una pieza fundamental en la historia del teatro, siendo objeto de numerosas adaptaciones y estudios. La música perdida de Charpentier, redescubierta en 1990, y las versiones de otros compositores como Jacques Offenbach, han ayudado a mantener viva esta obra maestra del teatro clásico francés.
En resumen, "El enfermo imaginario" no solo ofrece entretenimiento a través de su humor y tramas enredadas, sino que también sirve como una crítica lúcida y atemporal a las prácticas médicas y a la sociedad que las permite. Molière, con su agudo ingenio, invita al espectador a reflexionar sobre la credulidad y la manipulación, temas que trascienden el tiempo y siguen siendo relevantes en la actualidad.