En "Historia de la fealdad", Umberto Eco nos invita a explorar un terreno menos transitado pero igualmente fascinante que su predecesor, "Historia de la belleza". Esta vez, Eco se adentra en el análisis de la fealdad, un concepto que a menudo se considera simplemente como el antónimo de la belleza, pero que en realidad encierra una riqueza y complejidad propias. A través de un viaje que abarca casi tres mil años de historia del arte y la cultura, Eco despliega un vasto panorama de cómo diferentes épocas y sociedades han concebido y representado la fealdad.
Contrario a la noción simplista de que la fealdad es meramente lo opuesto a la belleza, Eco argumenta que la fealdad tiene sus propios cánones y criterios, que cambian y evolucionan con el tiempo. Por ejemplo, muestra cómo los arquitectos del Renacimiento rechazaban las estructuras góticas, considerándolas grotescas según los cánones de su época. A lo largo del libro, se examinan diversas manifestaciones de la fealdad, desde la deformidad física hasta la espiritual, pasando por la asimetría y la falta de armonía, explorando cómo estas han sido percibidas y valoradas en diferentes contextos culturales.
El texto está enriquecido con fragmentos antológicos y acompañado de ilustraciones que no solo complementan la narrativa, sino que añaden una dimensión visual al análisis. Estas imágenes son esenciales para entender cómo la representación visual de la fealdad ha evolucionado y cómo ha sido empleada para evocar desde repulsión hasta compasión. Eco examina una amplia gama de ejemplos, desde demonios y locos hasta figuras monstruosas y grotescas, mostrando cómo la fealdad roza a veces lo sublime, desafiando los cánones clásicos y provocando reacciones emocionales profundas y complejas en el espectador.
La "Historia de la fealdad" no solo es un estudio sobre cómo las figuras y formas consideradas feas han sido integradas y representadas en el arte y la cultura, sino que también es una reflexión sobre la naturaleza humana y nuestros juicios estéticos. Al final del recorrido, el lector se encuentra ante una paradoja resumida en la exclamación de un editor al contemplar la obra: "¡Qué hermosa es la fealdad!". Este libro desafía nuestras preconcepciones y nos invita a mirar más allá de la superficie, encontrando belleza y significado en lo que tradicionalmente se ha descartado o marginado.