"La crispación en España" de Santiago Carrillo es una obra detallada y perspicaz que examina las profundas divisiones y tensiones políticas que han marcado la historia española reciente y que, según el autor, podrían haberse evitado. Carrillo, una figura central en la política española durante gran parte del siglo XX, utiliza su experiencia directa en momentos cruciales como la Segunda República, la Guerra Civil Española y la Transición democrática para explorar las raíces de esta persistente crispación política.
El libro comienza con un análisis de la Segunda República, un período de gran esperanza que, sin embargo, culminó en la devastadora Guerra Civil. Carrillo argumenta que los conflictos y divisiones de ese tiempo se han prolongado y transformado, pero no se han resuelto completamente. Avanza luego hacia la Transición democrática, período en el que él mismo jugó un papel instrumental, destacando cómo los compromisos y acuerdos de aquel entonces, aunque exitosos en muchos aspectos, dejaron algunos asuntos clave sin resolver.
En la sección dedicada a la situación actual, Carrillo sugiere que España aún está lidiando con problemas estructurales y divisiones que otros países europeos enfrentaron y resolvieron hace dos siglos. Esta persistencia de antiguos problemas ha impedido que la sociedad española avance hacia una cohesión más firme y una política menos polarizada.
Con una mezcla de análisis histórico y reflexión política, Carrillo no solo diagnostica las causas de la crispación en España, sino que también reflexiona sobre la posibilidad de que la historia de las "dos Españas" pueda repetirse si no se encuentran soluciones duraderas. Su estilo, forjado en décadas de experiencia parlamentaria, combina una narrativa clara con un profundo conocimiento de los mecanismos políticos, haciendo de este libro un estudio esencial para entender no solo el pasado y presente de España, sino también sus posibles futuros.
En última instancia, "La crispación en España" es un llamado a la reflexión y al diálogo, una obra que busca fomentar un entendimiento más profundo de las divisiones políticas en España y explorar vías hacia una mayor estabilidad y unidad nacional. Carrillo concluye con una nota de cautela pero también de esperanza, instando a las nuevas generaciones a aprender de los errores del pasado para construir un futuro más armonioso.
