España de Manuel Vilas es una exploración audaz y fragmentada del tejido histórico y personal que compone la realidad de un país y su gente. Publicada por primera vez en 2008, esta novela se adentra en el concepto de España como una entidad tanto real como ficticia, desafiando las convenciones narrativas y la percepción del lector sobre la historia y la memoria.
La novela se presenta como un collage de historias breves y aparentemente desconectadas que juntas tejen una visión más amplia y profundamente personal de España. Vilas utiliza figuras históricas y culturales, desde Franz Kafka hasta Nino Bravo y Fidel Castro, para explorar temas de identidad, muerte y existencialismo. A través de estos relatos, algunos de los cuales bordean lo absurdo y lo surrealista, Vilas rompe deliberadamente con la linealidad del tiempo histórico, sugiriendo que la historia misma puede ser una ficción manipulada y manipulable.
Uno de los relatos más impactantes involucra a un concejal del PP que sufre las consecuencias del terrorismo en el País Vasco, mientras que otro narra las reflexiones de Fidel Castro sobre el Che Guevara en un diálogo interno que bordea lo real y lo imaginario. En otro cuento, Vilas proyecta un futuro lejano en el que un español logra pisar el sol, un relato que mezcla ciencia ficción con la poética habitual de Vilas. La locura, el suicidio y la tortura emergen como temas recurrentes, revelando una visión de España y de la humanidad cargada de cinismo pero también de una profunda introspección.
El libro se convierte en una meditación sobre la realidad y la ficción, donde los límites entre ambas se desdibujan constantemente. Vilas explora su propia identidad en el contexto de un España que es tanto un lugar físico como un espacio de profunda reflexión personal y colectiva. Con un estilo que oscila entre lo trágico y lo cómico, Vilas invita a los lectores a cuestionar no solo la historia de un país, sino también la narrativa personal que cada uno construye.
España es, en última instancia, una obra que desafía y recompensa a sus lectores con su estructura innovadora y su profundo cuestionamiento de lo que consideramos real y verdadero. Vilas, con su estilo único y provocador, ha creado no solo un retrato de un país, sino también un espejo en el que se reflejan nuestros propios relatos y recuerdos históricos.