En "Cuentos del intramundo", Alejandro Jodorowsky nos invita a explorar las profundidades de nuestra psique a través de un viaje literario único que combina fábulas espirituales y cuentos sanadores. Publicado por DEBOLSILLO en 2010, este libro de 208 páginas se presenta como una herramienta terapéutica destinada a guiar a los lectores hacia el autoconocimiento y la paz interior, empleando la narrativa como un medio para sanar las heridas emocionales causadas por las vicisitudes de la vida.
La obra se estructura en tres cuentos mágicos principales: "Memorias de un niño bombero", "Loïe del cielo" y "La increíble mosca humana". Cada uno de estos relatos funciona como una parábola sobre la importancia de encontrar y aceptar nuestra verdadera identidad. "Memorias de un niño bombero" nos cuenta la historia de un joven que busca desesperadamente la aprobación de su padre, un bombero dedicado, en un entorno donde la ausencia materna y la exigencia paterna delinean su crecimiento personal. "Loïe del cielo" y "La increíble mosca humana" complementan este viaje introspectivo con sus propias lecciones sobre la autoaceptación y el valor de la individualidad.
Además de estos cuentos, Jodorowsky enriquece el libro con una serie de microcuentos que, aunque breves, están cargados de metáforas poderosas que ofrecen pistas sutiles sobre nuestra propia naturaleza y el universo emocional que habitamos. Estas historias cortas son destellos que iluminan con su luz las áreas más oscuras de nuestro ser, invitándonos a reflexionar y, eventualmente, a transformarnos.
La crítica ha reconocido a Jodorowsky como un autor de "erudición apasionada" (The New York Times) y un "hombre de creatividad explosiva y controvertida" (Penthouse), descripciones que se hacen evidentes en este trabajo. Su capacidad para fusionar el arte de la narrativa con su profundo interés por el crecimiento espiritual y emocional dota a "Cuentos del intramundo" de una potencia raramente vista en obras de su género.
En resumen, "Cuentos del intramundo" no es solo un libro para leer, sino para experimentar. A través de sus páginas, Alejandro Jodorowsky no solo cuenta historias, sino que también ofrece un espejo en el que los lectores pueden verse reflejados y, tal vez, empezar a entenderse un poco mejor. Es, sin duda, Jodorowsky en su estado más puro y terapéutico.