"Todos tienen razón" de Paolo Sorrentino nos sumerge en la fascinante vida de Tony Pagoda, un cantante melódico que ha vivido el apogeo de su carrera entre la glamorosa Nápoles y la idílica Capri, rodeado de éxito, dinero y mujeres. Tony, con una personalidad magnética y una vida llena de excesos, ha conocido tanto a figuras extraordinarias como a seres miserables, aprendiendo de cada uno y desbordando una sabiduría exuberante que parece emanar de él sin esfuerzo alguno. Su narrativa, cargada de una ebriedad cómica, nos ofrece una mirada profunda a los hombres que lo rodean, revelando los secretos tanto de los triunfadores como de los fracasados.
La vida de Tony toma un giro inesperado cuando, sintiendo la necesidad de un cambio, decide dar un "golpe de timón" y desaparecer en busca de paz y silencio. Así, se embarca en una breve gira por Brasil y termina por establecerse primero en Río de Janeiro y luego en Manaos, donde vive un exilio amazónico de dieciocho años, rodeado de libertad y una peculiar obsesión por los escarabajos. Sin embargo, su retiro no es definitivo; el destino lo llama de vuelta a Italia con la promesa de un cheque estratosférico que lo espera para cerrar un ciclo de su vida aún no concluido.
La prosa de Sorrentino en "Todos tienen razón" es una mezcla rica y vibrante que contamina lo elevado con lo bajo, llena de hipérboles y un uso astuto del dialecto que recuerda a la "petite musique" de Céline y su visión apocalíptica del mundo. Esta primera novela no solo establece a Sorrentino como un narrador excepcional, sino que también presenta un fresco de la sociedad italiana contemporánea con una agudeza y una profundidad que pocos autores logran capturar.
La crítica ha acogido la obra como una joya literaria, comparándola con clásicos modernos y alabando la capacidad de Sorrentino para hilar una historia intensa y popular. "Todos tienen razón" no es solo un testimonio del talento cinematográfico de Sorrentino, sino una afirmación rotunda de su habilidad literaria, que promete continuar influyendo en el panorama narrativo italiano y mundial. Con este libro, Sorrentino no solo ha escrito una novela; ha creado a Tony Pagoda, uno de los personajes más impactantes y memorables de la literatura italiana contemporánea.