En "La Hija de la Luna: intrigas mágicas del bien y del mal", el ocultista británico Aleister Crowley nos sumerge en una compleja trama de magia y misticismo ambientada justo antes del estallido de la Primera Guerra Mundial. La novela, escrita en 1917 y publicada en 1929, explora la creación del Anticristo, no como una figura demoníaca tradicional, sino como una entidad sin alma, cuya existencia se invoca a través de elaborados rituales mágicos.
El conflicto central de la obra se desarrolla entre dos facciones opuestas de magos: los magos blancos, liderados por el personaje Simon Iff, y una alianza de magos negros. Esta batalla espiritual se enmarca en un intento por parte de los magos negros de encarnar al No Nacido, un demonio deseoso de ser materializado en el mundo físico. A través de personajes que reflejan figuras reales del mundo del ocultismo, como MacGregor Mathers y Arthur Edward Waite, Crowley teje una narrativa que mezcla la realidad con la ficción en un juego de espejos fascinante y complejo.
La protagonista, Lisa la Giuffria, se ve envuelta en esta guerra espiritual cuando es seducida por Cyril Grey (alter ego de Crowley) para ayudarlo en su lucha contra las fuerzas oscuras. A lo largo de la novela, Lisa se somete a varios ritos en preparación para convertirse en el receptáculo del alma de la Hija de la Luna, un ser extradimensional. Sin embargo, el personaje de Douglas, un nigromante, intenta detener estos rituales antes de descubrir que los motivos de Lisa no son lo que parecen.
La historia, que se desarrolla en el sur de Italia, se adentra en rituales que son descritos con un detalle que sugiere la propia participación de Crowley en tales prácticas. A medida que la trama avanza, se revela cómo los magos blancos y negros influyen directamente en el curso de la Primera Guerra Mundial, alineándose con los Aliados y sus enemigos, respectivamente. La novela culmina en una confrontación que no solo decide el destino de sus personajes, sino que también plantea preguntas más profundas sobre el bien, el mal y la naturaleza de la humanidad.
"La Hija de la Luna" es una obra que, más allá de su complejidad simbólica y su densidad ocultista, ofrece una visión del talento de Crowley como novelista y su profunda inmersión en el mundo del esoterismo. Aunque la novela puede ser desafiante para aquellos no familiarizados con el simbolismo oculto, ofrece una rica narrativa que entrelaza magia, misticismo y la eterna lucha entre la luz y la oscuridad.
