"Campo de armiño", una obra teatral en tres actos del renombrado dramaturgo español Jacinto Benavente, se estrenó en el Teatro de la Princesa en Madrid el 14 de febrero de 1916. Esta pieza dramática se sumerge en la complejidad de las relaciones humanas, la compasión y la identidad, explorando las tensiones entre las apariencias sociales y la verdad subyacente.
La trama se centra en Doña Irene, la Marquesa de Montalbán, una mujer de alta alcurnia que decide acoger en su hogar a Gerardo, a quien ella cree su sobrino, el hijo de su hermano y una mujer de reputación dudosa. La relación entre Irene y Gerardo se tensa cuando a través de unas cartas, Irene descubre que la historia de Gerardo es una fabricación. La verdad revelada lleva a Irene a expulsar a Gerardo de su hogar, pero el joven, desconsolado y temeroso de regresar a una vida de desamparo, encuentra el camino de vuelta al hogar de la marquesa. En un acto final de compasión y superación de prejuicios sociales, Irene vuelve a abrirle las puertas a Gerardo, demostrando un cariño incondicional más allá de las mentiras que inicialmente pusieron en duda su relación.
Los personajes en "Campo de armiño" son un reflejo de la sociedad de la época, donde la apariencia y el honor dominan las acciones y decisiones de la aristocracia. La obra destaca por su profundo estudio de caracteres, donde cada uno, desde la nobleza a los criados, aporta una perspectiva única a la narrativa, enriqueciendo la trama con sus conflictos y dilemas morales.
Desde su estreno, "Campo de armiño" ha sido representada en múltiples ocasiones, destacando las interpretaciones de actores como María Guerrero, Fernando Díaz de Mendoza y Guerrero, quienes personificaron a Irene y Gerardo en la puesta en escena original. La obra ha continuado capturando la atención del público, siendo representada en diversos teatros a lo largo de los años, incluyendo el Teatro Tívoli en Barcelona y el Teatro Lara en Madrid, demostrando así la atemporalidad y la relevancia continua de los temas tratados por Benavente.
"Campo de armiño" no solo es un testimonio de la habilidad de Jacinto Benavente para capturar la complejidad de la psique humana y las convenciones sociales, sino también una obra que invita a la reflexión sobre la naturaleza del perdón y la verdadera esencia del amor y la familia.