"París despertaba tarde" de Máximo Huerta nos transporta a la vibrante París de 1924, un año emblemático en el que la Ciudad de la Luz se convierte en el escenario de los Juegos Olímpicos, símbolo de unión y fraternidad. La novela se adentra en la vida de Alice Humbert, una modista cuyo corazón queda desgarrado tras la partida de Erno Hessel, su gran amor, quien se muda a Nueva York dejándola sumida en un profundo desconsuelo.
En medio del bullicio de una ciudad en efervescencia, Alice se ve envuelta por el jubilo de las calles parisinas y la culminación de la basílica del Sagrado Corazón. Rodeada de movimientos artísticos y un ambiente cargado de anarquismo, ella encuentra consuelo en su trabajo, cuidando de sus hermanos y apoyándose en sus amigas, destacando entre ellas la enérgica Kiki de Montparnasse, quien irradia luz a su alrededor. A medida que París florece, también lo hace Alice; sus diseños de moda empiezan a ganar reconocimiento y popularidad.
La historia toma un giro cuando, entre fiestas y competencias olímpicas, Alice conoce a un hombre nuevo que la cautiva. Parece que su vida se encamina hacia un futuro prometedor, pero el pasado no tarda en alcanzarla, trayendo consigo secretos que podrían alterar su presente. En este punto, Alice se enfrenta a una encrucijada emocional profunda, cuestionándose si está lista para arriesgar su corazón una vez más.
Con una mezcla de belleza, pasión y felicidad, "París despertaba tarde" nos sumerge en las complejidades del amor y la auto-descubierta. Máximo Huerta utiliza el glamuroso telón de fondo de los años 20 en París para explorar las decisiones del corazón y las consecuencias de volver a amar tras una pérdida dolorosa. Esta novela no solo celebra la historia y el arte, sino que también nos invita a reflexionar sobre la naturaleza impermanente de la felicidad y la belleza, preguntándonos junto a Alice: ¿vale la pena el riesgo de volver a quemarse?
