"Viva la dolce vita" de Máximo Huerta y Maria Herreros es un homenaje ilustrado a la Roma de los años sesenta, aquella era de esplendor cinematográfico, desenfreno cultural y la omnipresencia de los paparazzi. Este libro nos invita a recorrer la capital italiana, no como simples turistas, sino como verdaderos devotos de su historia, sus calles y su eterna belleza.
El texto de Huerta, combinado con las cautivadoras ilustraciones de Herreros, nos transporta a un tiempo y espacio donde Roma era el epicentro de la "dolce vita" —un período de excesos, glamour y arte desbordante. A través de sus páginas, los autores capturan la esencia de una ciudad que se balancea poéticamente entre su glorioso pasado y su vibrante presente. Describe con detalle desde el aroma del azahar en los jardines de naranjos hasta la vista del Coliseo, entrelazando la moda, la comida, y la cultura viva de las calles romanas.
La obra no solo se detiene en describir, sino que también invita a sentir y experimentar. Huerta y Herreros logran que el lector sienta el queso fundido de una pizza recién hecha, el sonido de las vespas pasando, o el tacto resbaladizo de los adoquines bajo la lluvia. Roma se presenta como un personaje en sí misma, lleno de contrastes y matices, desde sus fachadas naranja oxidado hasta el verdín de esculturas olvidadas que cuentan historias de decadencia y grandeza.
El libro también explora la influencia cultural de Roma, reflejando cómo las escenas de sus calles y plazas han sido inmortalizadas por el cine. Se menciona el impacto de películas icónicas como "La Dolce Vita", que no solo transformaron la industria cinematográfica sino que también dejaron una huella imborrable en la percepción global de la ciudad. El diálogo entre los personajes y la ciudad es palpable, con citas que profundizan en la filosofía de vivir al margen del tiempo y de las convenciones sociales, un eco de la anarquía encantadora que Roma parece abrazar.
En "Viva la dolce vita", Huerta y Herreros consiguen más que documentar una era; reviven un sentimiento, una atmósfera y un estilo de vida que define a Roma. Este libro es una invitación a perderse en sus páginas, como quien se pierde en las callejuelas de una ciudad que, aunque eternamente cambiante, sigue siendo la misma en su corazón. Es, en última instancia, un viaje tridimensional a través del tiempo, del espacio y de las emociones que solo Roma puede ofrecer.
