En "Operación Sidewinder", una obra de teatro en dos actos con música, Sam Shepard conjura una narrativa que es a partes iguales una aventura desenfrenada y una sátira política incisiva. Ambientada en la cultura estadounidense de 1970, la obra destaca los efectos deshumanizadores de la tecnología a través de una trama que entremezcla elementos de misticismo de los indios Hopi y críticas a la modernidad tecnológica. La historia comienza con la fuga de una computadora avanzada de la Fuerza Aérea, disfrazada como una enorme serpiente, en el desierto de Mojave. Este dispositivo se convierte en el centro de atención de diversas fuerzas: militantes negros, una pareja de turistas jóvenes y desafortunados, y el establecimiento militar que intenta recapturarla.
La primera producción de "Operación Sidewinder" se llevó a cabo en el Repertorio Theater en el Lincoln Center de Nueva York el 12 de marzo de 1970, con música escrita e interpretada por los Holy Modal Rounders y dirigida por Michael Schultz. Originalmente, estaba programada para estrenarse en el Yale Repertory Theater, pero fue retirada por Shepard tras las protestas de estudiantes de drama negros, quienes argumentaron que los militantes negros eran retratados de manera estereotipada. A pesar de las controversias, la obra se estrenó más tarde, presentando un surrealismo deslumbrante con un dispositivo militar mortífero y una abundante dosis de violencia y música rock estridente en el escenario.
El crítico Clive Barnes del NY Times señaló que la obra, aunque ingeniosa, pecaba de ser demasiado simbólica y que la música, aunque fervientemente interpretada, resultaba insípida. A pesar de las críticas, la obra es emblemática del estilo de Shepard, destacando una nostalgia imperial y una búsqueda arquetípica de lo auténtico y los orígenes espirituales en un mundo moderno saturado de tecnología y simulacros generados por los medios. "Operación Sidewinder" no solo es un reflejo de las tensiones culturales y raciales de su tiempo, sino también un testimonio de la lucha continua entre la herencia nativa americana y el mundo industrializado y militarizado del hombre blanco moderno.
Este audaz drama de Sam Shepard, reconocido por su crítica a la modernidad y su exaltación de un estilo de vida espiritual y conectado con la naturaleza, sigue siendo relevante en su exploración de cómo la tecnología puede alienar y desviar a la sociedad de sus raíces culturales y espirituales más profundas.
