"El verdadero final de la bella durmiente", obra de Ana María Matute, nos invita a explorar el desenlace alternativo y adulto del clásico cuento de hadas. En este relato, la consabida historia de la Bella Durmiente toma un giro introspectivo y crítico tras el despertar por el beso del Príncipe Azul. La narrativa se despliega más allá del "felices por siempre", adentrándose en los desafíos reales que enfrenta la princesa al integrarse en un nuevo reino y asumir su rol al lado de su esposo.
Al dejar atrás la infancia y la adolescencia, la princesa debe confrontar las expectativas y responsabilidades que conlleva ser parte de la realeza en un entorno desconocido. La historia se centra en su viaje hacia el reino del Príncipe, donde él debe probar su valía y ganarse su propio reino. Este viaje no solo es físico, sino también emocional y simbólico, cuestionando los roles tradicionales asignados a la figura de la princesa y del príncipe en los cuentos de hadas.
Matute utiliza una rica simbología para desentrañar las complejidades de la madurez, el amor y el poder dentro de la relación de la pareja real. La obra culmina con una reflexión profunda sobre la perdida de la inocencia y las ilusiones juveniles: "La Princesa nunca más sería tan cándida, ni el Príncipe tan Azul, ni los niños tan ignorantes e indefensos". Este desenlace sirve como crítica a la educación incompleta que reciben muchas mujeres, que las predispone a un matrimonio basado en la sumisión, si no encuentran un compañero que las valore y respete adecuadamente.
El Príncipe Azul, por su parte, es retratado en una luz más humana y realista. Aunque sigue siendo el ideal de belleza y protección, su carácter se profundiza al enfrentar los desafíos de su propio reino y al aprender a negociar con enemigos en lugar de combatirlos ciegamente. La obra revela su crecimiento personal al optar por la diplomacia sobre la violencia, resolviendo antiguos conflictos heredados y demostrando una madurez que va más allá de la mera apariencia física.
En "El verdadero final de la bella durmiente", Ana María Matute no solo reescribe un final para un cuento clásico, sino que también proporciona una reflexión sobre el crecimiento personal, los roles de género y el poder de la comunicación y el entendimiento mutuo en la construcción de relaciones y sociedades más equitativas y comprensivas.
