En "El filósofo ignorante", una obra escrita por Voltaire en 1766, el lector se sumerge en un universo de reflexión crítica sobre las eternas cuestiones que han inquietado a la humanidad a lo largo de los siglos. Con una estructura compuesta por apuntes breves, cada fragmento del texto se convierte en un diálogo irónico y a menudo sarcástico con las grandes preguntas sobre la libertad, la verdad, la felicidad y la existencia de Dios, así como con las respuestas que diversos filósofos han proporcionado a lo largo de la historia.
Voltaire, seudónimo de François-Marie Arouet, fue una figura central de la Ilustración, conocido por su aguda crítica a la intolerancia y su defensa del progresismo ilustrado. En esta obra, se muestra impaciente no tanto por la ausencia de certezas definitivas, sino por la urgencia de erradicar los errores que impiden alcanzar una vida dichosa y próspera. A través de su pluma, Voltaire desafía la complacencia y la resignación, herramientas que a su juicio solo perpetúan el statu quo y obstaculizan el progreso.
Este libro no solo revisa críticamente la historia del pensamiento filosófico y sus implicaciones en la vida cotidiana, sino que también expone la tensión constante entre verdad y persecución. Voltaire argumenta que defender la verdad es un acto de valor, dado que el "monstruo" enemigo de la razón sigue acechando y aquellos que la defienden se exponen a ser perseguidos.
Con prólogo de Fernando Savater y traducción de Mauro Armiño, "El filósofo ignorante" es más que un texto filosófico; es un llamado a la libertad de pensamiento y a la búsqueda honesta y persistente de una vida mejor. Es esta combinación de honestidad intelectual, agudeza crítica y una irresistible ironía lo que hace que la obra no solo sea relevante para los amantes de la filosofía, sino también para aquellos escépticos de los discursos cerrados y definitivos en ciencia, religión y filosofía. En definitiva, Voltaire ofrece una obra que sigue resonando con urgencia en el presente, invitando a sus lectores a pensar, cuestionar y, sobre todo, a vivir de manera razonable y libre.