Lía, una joven veinteañera, se ve obligada a lidiar una vez más con los problemas de su madre, Alma, una mujer cuya reputación precede y complica la vida de su hija. Esta vez, su madre la arrastra a Elí de Sol, un encantador pueblo que, sin embargo, muestra una hostilidad palpable hacia Alma y, por extensión, hacia Lía. A pesar de sentirse marginada y juzgada injustamente, Lía encuentra consuelo y apoyo en un pequeño grupo de personas que valora su verdadera esencia, independientemente de los prejuicios que rodean a su madre.
Entre estos aliados se encuentran su tía Iris, el amigable Matt, el enigmático Ethan, el anciano Martin y la jovial Emma. Estos personajes, cada uno con su singularidad, se convierten en la familia elegida de Lía, proporcionándole un refugio emocional y mostrándole que el amor y la amistad pueden florecer incluso en los ambientes más adversos. Ethan, en particular, desempeña un papel crucial al reconocer la luz y la bondad inherentes a Lía, distinguiéndolas claramente de las sombras que proyecta su madre.
La historia también explora la toxicidad de Alma, cuya conducta egoísta y manipuladora perpetúa un ciclo de dependencia y desdicha para Lía. A lo largo del libro, se desarrollan múltiples conflictos que, aunque mayormente provocados por Alma, sirven como catalizadores para que Lía finalmente considere romper los lazos tóxicos que la atan a su madre. Este proceso de autoafirmación y búsqueda de independencia se ve reforzado por las historias paralelas de relaciones saludables y solidaridad, como las que se observan entre Matt y su hermano, Iris y Lía, y Martin y Emma.
Cherry Chic teje una narrativa que no solo entretiene sino que también invita a la reflexión sobre la naturaleza de las relaciones familiares y personales, destacando la importancia de identificar y protegerse de las influencias nocivas. “Mantendré las luces encendidas para ti” es una historia de resiliencia y esperanza, que equilibra momentos de dolor y pérdida con otros de cariño y apoyo mutuo, recordando al lector que, en medio de la adversidad, siempre hay luces que pueden mantenerse encendidas.