En "La gran serpiente", Pierre Lemaitre nos introduce en un mundo de contrastes y sorpresas a través de la historia de Mathilde Perrin, una viuda de sesenta y tres años que, bajo la apariencia de una jubilación tranquila en su casa de Melun, oculta su verdadera identidad como asesina a sueldo para la inteligencia francesa. Con su Magnum 44, Mathilde es una figura de precisión mortal, ejecutando sus misiones con una frialdad y meticulosidad que raya en lo artístico. Sin embargo, su perfección se ve amenazada por su creciente impulsividad y crueldad, errores que comienzan a acumularse, poniendo en jaque su carrera y su vida.
A medida que la trama se desarrolla, "La gran serpiente" evoluciona en un juego macabro de humor cáustico y negro, al estilo de Quentin Tarantino, donde cada giro narrativo nos lleva más profundamente a la psique compleja y perturbada de Mathilde. Lemaitre, con su pluma aguda y directa, disecciona la vida de esta asesina con un ritmo que no da tregua, manteniendo al lector enganchado desde la primera hasta la última página.
Publicada originalmente en 1985 y rescatada del olvido por la insistencia de los fans del autor, esta obra marca la primera incursión de Lemaitre en el género policial, género en el que posteriormente se consolidaría como uno de los referentes gracias a su serie sobre Camille Verhoeven. En esta novela, Lemaitre ya demostraba las cualidades que lo harían famoso: un estilo narrativo impecable, personajes inolvidables y una capacidad única para tejer tramas ingeniosas con un humor que, aunque oscuro y a veces cuestionado, es innegablemente parte de su encanto.
"La gran serpiente" no es solo una novela negra más; es una exploración de los límites de la moralidad, una crítica a las apariencias engañosas y un retrato implacable de una mujer que es, a la vez, ejecutora y víctima de sus propias pasiones y errores. Una lectura obligatoria para los aficionados al género y un brillante comienzo para el que sería uno de los grandes nombres de la literatura policial francesa.
