"Mujercísimas", una obra de Terenci Moix, se presenta como una novela audaz y satírica que despliega una crítica mordaz a ciertos prototipos sociales de la España contemporánea. A través de un elenco exclusivamente femenino, Moix nos lleva en un viaje que mezcla la nostalgia por los años sesenta con una reflexión ácida sobre una sociedad obsesionada por el éxito y el dinero. La historia se desenreda entre la realidad y el absurdo, exponiendo las incongruencias detrás de las fachadas de respetabilidad.
La trama se centra en un grupo de mujeres de distintos estratos sociales, incluyendo aristócratas, ministras y estrellas televisivas, quienes se embarcan en un crucero por las islas griegas. Entre ellas, la esposa de un notorio banquero encarcelado que vive un romance con un joven, desencadenando una serie de eventos escandalosos. La narrativa se complica con apariciones místicas como la de la Virgen María a la vidente Edipa Katastrós en Patmos, y otros acontecimientos que desafían la lógica y la moral establecida.
La novela no solo se enfoca en las peripecias de sus personajes, sino que también se adentra en la crítica de las prácticas corruptas en distintos niveles de la sociedad, desde el clero hasta las finanzas. Moix, con su estilo característico, combina el lirismo con la sátira, creando un paisaje literario donde lo cómico y lo trágico se entrelazan inextricablemente.
A pesar de su extensión y la complejidad de sus múltiples subtramas, "Mujercísimas" es un intento ambicioso de capturar la esencia de una época y de un lugar, utilizando para ello una mezcla de realismo y fantasía. La prosa de Moix, rica y evocadora, logra momentos de verdadera belleza y reflexión, aunque el conjunto pueda resultar en ocasiones abrumador. Moix desafía al lector a mirar más allá de la superficie, invitándolo a una reflexión sobre la decadencia moral y la pérdida de valores auténticos en una sociedad cada vez más materialista.
En última instancia, "Mujercísimas" se erige como un testimonio de la habilidad de Moix para explorar los límites de la narrativa convencional y para pintar un retrato vívido, aunque a veces caótico, de la modernidad. A través de su "esperpento sofisticado", el autor nos ofrece una visión crítica y profundamente personal de la realidad social y política de su tiempo.