"Tótem y tabú", una obra de Sigmund Freud publicada entre 1913 y 1910, explora las profundidades de la psique humana a través de la lente del psicoanálisis, aplicado en esta ocasión a la antropología y la cultura. En este ensayo, dividido en cuatro partes, Freud se aventura en el análisis de las similitudes entre los procesos psíquicos de las sociedades primitivas y los individuos neuróticos, proponiendo que ambos pueden entenderse bajo los mismos principios psicoanalíticos.
La obra se centra en dos conceptos principales: el tótem y el tabú, explorando su origen y su función en la construcción de las sociedades y en el desarrollo psicológico del individuo. Freud sugiere que el tótem, usualmente un animal o un objeto natural, actúa como un ancestro común en ciertas tribus, estableciendo un vínculo colectivo que prohíbe las relaciones sexuales y el matrimonio entre miembros del mismo clan, lo que lleva a la práctica de la exogamia.
El análisis se profundiza con la discusión sobre el tabú, especialmente el tabú del incesto, que Freud relaciona con la necesidad de evitar el deseo sexual entre parientes cercanos, un fenómeno observado tanto en culturas primitivas como en estructuras familiares contemporáneas. Según Freud, estas prohibiciones no solo estructuran la dinámica social, sino que también se internalizan en la psique individual, influenciando el desarrollo de los mecanismos neuróticos.
Freud postula además que la violación del tabú, en contextos primitivos, se castiga con severidad extrema, a menudo con la muerte, lo que refleja la intensidad del conflicto interno entre el deseo inherente y la prohibición impuesta. Este conflicto se manifiesta en la neurosis moderna a través de síntomas obsesivo-compulsivos, donde las prohibiciones y las restricciones dominan el comportamiento del individuo.
En "Tótem y tabú", Freud no solo proporciona un marco para entender las raíces psicológicas de las costumbres culturales, sino que también ofrece una perspectiva sobre cómo las estructuras sociales primitivas se reflejan en las neurosis individuales. A través de este análisis, Freud busca demostrar cómo el psicoanálisis puede aplicarse más allá del ámbito clínico, sirviendo como una herramienta poderosa para entender las complejidades del comportamiento humano a través de diversas culturas y épocas.
