"El tiempo de los trenes", obra del aclamado autor Fernando Fernán-Gómez, nos sumerge en la melancólica y evocadora época en que los cómicos, artesanos de la ilusión y protagonistas de incontables vidas, recorrían la geografía española a bordo de trenes. Estos artistas, cargados de baúles y acompañados por la pesada carga de sus vidas, ambiciones y pasiones, se entregaban con devoción a un oficio que a menudo ofrecía más penurias que triunfos.
La narrativa se despliega a través de tres perspectivas principales: la inocencia de Andresito Valles, un niño hijo de actores; la mirada fatigada de José Cuartero, un cómico veterano que, incapaz de renunciar a su carrera pese a su declive personal y profesional; y las reflexiones desencantadas, aunque lúcidas, de Eduardo Estévez, primer actor y director teatral, respetado y aclamado por la crítica. Cada uno de ellos nos ofrece una visión única de la vida itinerante y del espíritu de una era definida tanto por su picardía como por su candidez.
Esta novela no solo marca el regreso de Fernán-Gómez a la literatura, sino que también reafirma su habilidad para conjurar mundos repletos de ironía, pasión y poesía a través de una prosa magistral. "El tiempo de los trenes" no solo es un homenaje a los cómicos de antaño, sino también una reflexión sobre la naturaleza transitoria de la fama y la permanencia del arte en un mundo que constantemente cambia.
Publicada por la editorial Espasa en 2004 y compuesta de 221 páginas, esta obra promete transportar al lector a un tiempo casi olvidado y profundamente añorado, donde el susurro de las ruedas sobre los rieles acompañaba el drama y la comedia de la vida teatral. Fernando Fernán-Gómez, con su característico estilo evocador y una voz que mezcla ternura con una crítica mordaz, reconstruye un fragmento de la historia cultural española que, aunque remoto, sigue resonando con ecos de relevancia universal.
En "El tiempo de los trenes", el lector encontrará una obra intensa y emotiva, un viaje nostálgico por los caminos de hierro que una vez unieron no solo ciudades, sino también corazones y destinos en el vasto escenario de España.
