Feliciano Felisberto Hernández Silva, nacido el 20 de octubre de 1902 en Montevideo, Uruguay, fue un destacado escritor, pianista y compositor uruguayo. Su infancia transcurrió en el barrio Atahualpa y desde temprana edad mostró un interés particular por la música, iniciando sus estudios de piano a los nueve años. A lo largo de su vida, Hernández se enfrentaría a dificultades económicas que lo llevaron a empezar a trabajar como pianista ilustrando películas mudas a los 16 años, actividad que compaginaba con la enseñanza de piano.
En el ámbito personal, Hernández tuvo una vida amorosa compleja y se casó en varias ocasiones. Su primera esposa fue María Isabel Guerra, con quien tuvo a su primera hija, Mabel, antes de divorciarse en 1935. Posteriormente, se casó con la pintora Amalia Nieto, con quien tuvo a su segunda hija, Ana María. A lo largo de los años, sus matrimonios enfrentaron varios desafíos, culminando en divorcios y nuevas relaciones. Una de las más intrigantes fue su matrimonio con María Luisa de las Heras, quien era una agente de la KGB, aunque Hernández nunca llegó a saber de sus actividades de espionaje.
Como escritor, Felisberto Hernández comenzó a publicar a los 23 años, pero no fue hasta la década de 1940 que sus obras empezaron a ganar reconocimiento. Entre sus trabajos más notables se encuentran "Por los tiempos de Clemente Colling" (1942), "El caballo perdido" (1943), "Nadie encendía las lámparas" (1947) y "El cocodrilo" (1962). Su estilo único, que mezcla elementos humorísticos y fantásticos, le ha merecido un lugar especial en la literatura latinoamericana. Aunque sus relatos incorporan aspectos autobiográficos y evocan lugares y personas de su Montevideo natal, su obra transcurre frecuentemente en el territorio de lo insólito y lo surreal.
El legado literario de Hernández ha sido ampliamente reconocido y sus obras han sido traducidas a varios idiomas, incluyendo alemán, francés, inglés y más. Figuras literarias de la talla de Julio Cortázar y Gabriel García Márquez han elogiado su trabajo, considerándolo un maestro del cuento latinoamericano. Cortázar, en particular, notó la capacidad de Hernández para disolver la etiqueta de 'fantástico' en un enriquecimiento increíble de la realidad.
Felisberto Hernández falleció el 13 de enero de 1964 en Montevideo a causa de leucemia. A pesar de su muerte temprana, su influencia en la literatura uruguaya y latinoamericana perdura, siendo recordado como un innovador de la narrativa breve y un maestro en la creación de atmósferas y personajes que desafían la clasificación tradicional. Su obra continúa siendo estudiada y celebrada por nuevas generaciones de lectores y críticos literarios.
Haz clic en cada libro para acceder a más información