En "El sistema periódico", Primo Levi ofrece una obra inigualable donde la ciencia y el arte literario se entrelazan para explorar la condición humana a través de los elementos químicos. Cada uno de los veintiún capítulos del libro se dedica a un elemento diferente, utilizándolos como metáforas profundas y reveladoras de diversas facetas de la vida y las relaciones humanas. Desde el irónico y nostálgico "Argón", donde Levi retrata la historia de sus antepasados judíos, hasta el dramático "Vanadio", que narra su encuentro con un antiguo carcelero de Auschwitz, Levi convierte la tabla periódica en un escenario literario de emociones y recuerdos.
La obra se destaca no solo por su originalidad estructural, sino también por la maestría con que Levi, químico de profesión y escritor de vocación, logra fusionar su conocimiento técnico con su habilidad narrativa. Por ejemplo, en el capítulo dedicado al "Hierro", Levi describe su amistad con Sandro, la cual termina trágicamente cuando Sandro es asesinado por los fascistas. Este capítulo no solo es una reflexión sobre la amistad y la traición, sino también una poética exploración de cómo el hierro, un elemento tan esencial y fuerte, puede ser testigo de la fragilidad y la brutalidad humanas.
La imaginación se desborda en el relato inspirado en el "Mercurio", donde el mercurial fluir de la memoria y la fantasía invita a los lectores a un viaje introspectivo. Mientras, el capítulo sobre el "Vanadio" no sólo aborda el inesperado reencuentro con un pasado doloroso, sino que también refleja la capacidad de Levi para confrontar su historia con una lucidez que atenúa el dramatismo de la situación, ofreciendo una narrativa que es tanto un testimonio personal como una reflexión más amplia sobre la naturaleza humana.
Publicado originalmente en 1975 y considerado uno de los mejores libros de ciencia, "El sistema periódico" trasciende las fronteras entre la ciencia y la literatura, entre el testimonio personal y la ficción, para ofrecer una visión única del mundo. Traducido al español por Carmen Martín Gaite, este libro no solo es un tributo a la química, sino también una indagación profunda sobre cómo los elementos químicos pueden ser espejos de nuestras propias vidas y relaciones. Una obra imprescindible que entrelaza la memoria, la historia y la química de una manera que solo Primo Levi podía lograr.