El funeral de Lolita, la primera novela de Luna Miguel, es una obra intensa y provocadora que explora los recovecos más oscuros del deseo y la memoria. La historia gira en torno a Helena, una crítica gastronómica joven y polémica, cuya vida se ve sacudida por la muerte de Roberto, su antiguo profesor de literatura y objeto de su amor juvenil.
La noticia llega a través de un inesperado mensaje de Rocío, compañera de instituto de Helena, desencadenando un torbellino de emociones y recuerdos. Acompañada por el dolor de las pérdidas anteriores de sus padres, Helena se ve forzada a enfrentar no solo el fallecimiento de Roberto, sino también los fantasmas de su propia historia.
El velatorio se convierte en un espacio de confrontación con el pasado, donde se reencuentra con Rocío, quien posee su antiguo diario, y con Laura, la viuda de Roberto, que la invita a su casa en un gesto entre cortés y inquietante. Mientras se halla en su Alcalá de Henares natal, lejos de su vida cotidiana en Madrid, Helena debe lidiar con la confusión de sus sentimientos y la incertidumbre sobre su futuro.
Con una prosa que lleva la marca de su aclamada poesía, Luna Miguel consolida su reputación como una de las voces más destacadas de la literatura española contemporánea. El funeral de Lolita no solo es una narración sobre el amor y la pérdida, sino también un desafiante ajuste de cuentas con el pasado, un pasado que resurge violentamente para cuestionar el presente y el futuro de la protagonista.
Este libro ha sido recibido con entusiasmo por la crítica, destacando su capacidad para mezclar lozanía e inteligencia en una trama que seduce y perturba a partes iguales. Según Jorge Volpi, la novela es una "fascinante Lolita, tan perturbadora como la original", mientras que Karina Sainz Borgo alaba la "provocación y cristalización" de una voz que madura a pasos agigantados. Cristina De Stefano la describe como "explosiva, fuerte y originalísima", asegurando que es una historia que "permanece en la memoria y despierta las ganas de hablar de ella".
El funeral de Lolita es una obra compleja y audaz, que confirma a Luna Miguel no solo como una poeta de cuerpo, sino como una narradora capaz de entrelazar el lenguaje poético con una trama intensamente emotiva y provocadora.
