En "Danza macabra", Stephen King ofrece una exploración profunda y perspicaz del género de terror a lo largo de la literatura, el cine, la radio y los cómics, destacando su impactante influencia en la cultura estadounidense. Publicado el 20 de abril de 1981, este ensayo no solo recibió el prestigioso Premio Hugo al mejor libro de no ficción en 1982, sino que también sirvió como un medio para King de discutir las obras y los autores que más han influido en su escritura.
King inicia su ensayo con una discusión detallada sobre sus razones para escribir "Danza macabra", revelando una conversación con Bill Thompson, su editor en Doubleday, quien le propuso la idea de documentar y analizar los diversos medios del horror que había experimentado. Esta conversación no solo motivó a King a escribir, sino que también le proporcionó una estructura para abordar este vasto tema.
El libro utiliza una metodología no lineal e informal que se asemeja al tono de una conversación académica accesible. En el capítulo "Historias del Tarot", King desentraña los arquetipos fundamentales del terror, analizando personajes icónicos como el vampiro de "Drácula", el hombre lobo de "El Dr. Jekyll y Mr. Hyde" (reinterpretado por King como precursor del hombre lobo moderno), y la cosa sin nombre de "Frankenstein". Este análisis no solo se centra en las obras clásicas, sino que también traza un paralelo con representaciones modernas y comerciales como Frankenberry y Conde Chocula.
King también ofrece un capítulo autobiográfico donde relaciona su fascinación infantil por las imágenes de terror con su futura carrera como escritor. Describe cómo la casualidad de encontrar una colección de historias de H.P. Lovecraft en el desván de su casa se convirtió en un momento decisivo para su dedicación a la escritura de terror.
En "Danza macabra", King no se limita a narrar la historia del género de terror; profundiza en la psicología detrás del miedo y del horror, explorando lo que él llama el "horror dionisíaco", una teoría que conecta el miedo primordial con las emociones más viscerales y primitivas del ser humano. A través de este ensayo, King no solo ofrece un análisis exhaustivo de su género favorito, sino que también proporciona una ventana a su proceso creativo y a las obras que han moldeado su propia voz narrativa.