"El hablador" de Mario Vargas Llosa es una novela cautivadora que teje dos narrativas paralelas, explorando la compleja intersección entre la civilización moderna y las culturas indígenas de la Amazonía peruana. La historia se despliega a través de dos voces distintas, cada una aportando una perspectiva única sobre la vida y las tradiciones de los machiguengas, una tribu amazónica profundamente arraigada en la naturaleza y sus misterios.
La primera voz es la del propio Vargas Llosa, quien rememora su amistad con un intrigante personaje de su juventud, conocido como Mascarita. Este personaje, que originalmente estudia para ser antropólogo, está fascinado por los machiguengas y eventualmente desaparece en la selva, sumergiéndose completamente en su mundo. La narrativa de Vargas Llosa no solo evoca la nostalgia y el cariño hacia su amigo, sino que también reflexiona sobre las tensiones entre el progreso y la preservación de las culturas ancestrales.
Paralelamente, la segunda voz pertenece a un "hablador" machiguenga, un rol tradicional dentro de la tribu como narrador itinerante y guardián de la memoria colectiva. Este hablador viaja de un lugar a otro, relatando historias que son esenciales para la cohesión y la identidad cultural de su pueblo. Sus relatos, cargados de elementos míticos y poéticos, ofrecen una visión profunda de la cosmovisión machiguenga, revelando sus creencias, rituales y la intensa conexión espiritual con el entorno natural.
La novela, con su estructura dual y su lenguaje evocador, no solo destaca la importancia de los narradores en la conservación de las culturas, sino que también plantea preguntas críticas sobre el impacto destructivo de la civilización moderna sobre los pueblos indígenas. A través de la historia de Mascarita y los relatos del hablador, Vargas Llosa crea un poderoso diálogo sobre la identidad, la memoria y la supervivencia cultural en un mundo cada vez más globalizado y homogéneo.
"El hablador" es una obra maestra de narrativa compleja y conmovedora, que no solo entretiene sino que también invita a la reflexión. A través de sus páginas, Mario Vargas Llosa nos ofrece una ventana a un mundo esquivo y fascinante, y nos desafía a pensar en el papel que todos jugamos en la preservación de las historias que definen a la humanidad.