"El testigo mudo", una novela policíaca de Agatha Christie, nos sumerge en un misterio envolvente que gira en torno a la muerte de la señorita Emily Arundell. Publicada originalmente el 5 de julio de 1937 bajo el título "Dumb Witness", esta obra pertenece al canon de Hercule Poirot, el famoso detective belga creado por Christie. Ambientada en el pintoresco Distrito de los Lagos en Inglaterra, la novela nos presenta un enigma donde un perro, Bob, se convierte en un testigo crucial de los eventos.
La trama se desencadena cuando Hercule Poirot recibe una carta de la señorita Arundell, en la que le solicita su ayuda para investigar un incidente que casi le cuesta la vida, descrito por ella como un "aparente accidente". Sin embargo, la carta llega demasiado tarde, pues Emily Arundell ya ha fallecido, supuestamente debido a una enfermedad. Intrigado por las circunstancias, Poirot, acompañado por su fiel amigo Arthur Hastings, decide visitar la residencia de la fallecida para investigar más a fondo.
Durante su investigación, Poirot se encuentra con varios personajes que rodeaban la vida de la señorita Arundell, incluyendo a sus sobrinos Charles y Theresa Arundell, y Bella Tanios, cada uno de ellos con motivos potenciales para desear la fortuna de Emily. A medida que el detective belga profundiza en el caso, descubre que las relaciones familiares no son tan sencillas como parecen y que la clave del misterio podría estar en los inocentes ojos de Bob, el perro terrier y único testigo del incidente original.
Los personajes son retratados con la maestría característica de Christie, desde la enérgica pero vulnerable Bella Tanios hasta el cuestionable Dr. Jacob Tanios, y los confiables pero intrigantes herederos Charles y Theresa. Además, la novela está salpicada de otros personajes secundarios que añaden riqueza y profundidad al relato, como las hermanas Tripp, médiums locales, y el Sargento Keeley, el policía a cargo de la investigación oficial.
"El testigo mudo" es un estudio fascinante sobre la ambición, la familia y la astucia humana, todo visto a través del lente agudo de Hercule Poirot. Con giros inesperados y un desenlace sorprendente, esta novela se mantiene como una de las piezas más intrigantes y disfrutables en la obra de Agatha Christie. Poirot, con su meticulosidad y atención al detalle, demuestra una vez más por qué es uno de los detectives más queridos de la literatura policíaca.
