En "El caso de los anónimos", Agatha Christie nos transporta al apacible pueblo de Lymstock, donde la vida transcurre con la tranquilidad típica de una pequeña comunidad. Sin embargo, la paz del pueblo se ve perturbada por una serie de cartas anónimas que comienzan a circular, revelando secretos oscuros y amenazando la tranquilidad de sus habitantes. Estos mensajes, llenos de acusaciones y revelaciones perturbadoras, no parecen inquietar demasiado a los lugareños, hasta que la trama toma un giro dramático con el suicidio de la señorita Symmington, una de las destinatarias de las cartas.
La aparente nota de suicidio que deja la señorita Symmington no convence a Miss Marple, la astuta protagonista de Christie, quien duda de la veracidad de la misma. Movida por sus sospechas, Miss Marple se dirige a Lymstock por petición de los Calthrop, amigos suyos, decidida a descubrir la verdad. Con su característico ingenio y perspicacia, se sumerge en la investigación, convencida de que detrás de este "suicidio" se oculta un plan de asesinato meticulosamente orquestado.
La trama se desarrolla en un entorno donde cada personaje esconde algo, y Miss Marple debe descifrar una maraña de relaciones y secretos para llegar a la verdad. La historia se enriquece con subtramas que incluyen romances y viejos rencores, aportando frescura y profundidad a la narrativa. La resolución del misterio llega de manera sorprendente, en el clásico estilo de Christie, donde el culpable y sus motivos son revelados en un final casi inesperado que mantiene a los lectores en vilo hasta las últimas páginas.
Este libro es una muestra más del talento de Agatha Christie para tejer intrincadas tramas de misterio y suspense en entornos cotidianos. Con personajes bien construidos y una trama que se complica progresivamente, "El caso de los anónimos" es un deleite para los aficionados al género y un ejemplo brillante de por qué Christie sigue siendo una de las escritoras más leídas en el mundo del misterio.
