"Consummatum est", el final épico de la trilogía "Versos, canciones y trocitos de carne" de César Pérez Gellida, lleva al lector a la pequeña localidad islandesa de Grindavik, donde se descubre una familia entera brutalmente asesinada. Este acontecimiento sacude a uno de los países con la menor tasa de homicidios del mundo, y coloca al comisario Ólafur Olafsson frente al caso más desafiante de su carrera, justo cuando está a punto de retirarse.
Pronto, todas las pistas conducen hacia un enigmático y sofisticado asesino en serie, Augusto Ledesma, quien ha dejado su siniestra huella a lo largo de Europa con una serie de crímenes poéticamente macabros. Ante la magnitud del caso, INTERPOL interviene, asignando a Robert J. Michelson, jefe de la Unidad de Búsqueda Internacional de Prófugos, para liderar la investigación. Michelson se rodea de un equipo especialmente seleccionado que conoce de cerca los métodos y la mente del asesino.
La narrativa de Pérez Gellida se destaca por su estilo único, alternando entre la tercera persona y la primera persona desde la perspectiva del criminal, creando una experiencia intensamente inmersiva y a veces desorientadora. Esta técnica permite a los lectores adentrarse profundamente en los pensamientos y emociones del asesino, mientras que la incorporación de diálogos paralelos y saltos temporales enriquece la trama, aunque también complica la claridad en momentos clave del desenlace.
Además de la trama principal, el libro cierra diversas subtramas que se han desarrollado a lo largo de la serie, aunque la abundancia de estas puede resultar abrumadora. Asimismo, la obra está salpicada de descripciones detalladas de lugares y culturas, así como de referencias musicales y literarias, que aunque enriquecen el entorno narrativo, en ocasiones pueden percibirse como distractores del desarrollo del suspense central.
"Consummatum est" no solo concluye la caza de Augusto Ledesma, sino que también ofrece un cierre a la trilogía, dejando a los lectores con una mezcla de satisfacción y el deseo de que la narrativa hubiera mantenido todo el tiempo su inicial fuerza poética. A pesar de las críticas sobre algunos aspectos del estilo y el desarrollo, la trilogía se mantiene como una obra audaz y original, un imprescindible para los aficionados al género de la novela negra española.