En "La memoria del agua", Teresa Viejo nos sumerge en una trama de misterio y revelaciones familiares que arranca con la muerte de la madre de Álvaro de Llano. El descubrimiento fortuito de una carta y una fotografía entre las pertenencias de su madre, desencadena en Álvaro una búsqueda apasionada por desentrañar los secretos del pasado. Este periplo lo lleva hasta una anciana que conoce la historia de una leyenda casi olvidada: el Balneario de La Isabela.
Construido en el siglo XIX, el Balneario de La Isabela se convirtió en un enclave de lujo y esparcimiento para la alta burguesía de la época, tanto española como europea. Durante los años veinte, sus grandes fiestas y bailes de etiqueta eran el escenario de la vida social de la elite. Sin embargo, la muerte misteriosa de un bañista en la sala de inhalaciones marca el inicio de una serie de eventos que transformarán el lugar en algo completamente distinto.
La novela, estructurada con habilidad y bien documentada, intercala fotografías, recortes de prensa y otros documentos que reconstruyen la atmósfera de la época. A pesar de algunas críticas hacia la irregularidad entre sus partes y la simplicidad en el desarrollo de sus tramas y personajes, la obra ha sido valorada como entretenida y original, con un final sorprendente que mantiene al lector enganchado hasta el último momento.
Si bien algunos lectores han encontrado el libro desafiante en términos de lectura, y otros han señalado una falta de profundidad emocional hacia el final, "La memoria del agua" se destaca por su frescura y por ser la primera incursión de Viejo en la novela, después de una carrera dedicada al ensayo y al periodismo. Esta obra no solo es un relato de suspense e intriga, sino también un homenaje a un lugar mítico, el Balneario de La Isabela, que desapareció bajo las aguas, dejando tras de sí un eco de historias y leyendas que Teresa Viejo ha sabido capturar magistralmente en su debut literario.