La tragedia griega "Edipo en Colono", escrita por Sófocles poco antes de su muerte en 406/405 a.C., es una obra que se sitúa cronológicamente después de "Edipo Rey" y antes de "Antígona", aunque fue la última en ser escrita de las tres. Este drama, llevado a escena por primera vez en 401 a.C. por su nieto Sófocles el Joven, se desarrolla en la aldea de Colono, cerca de Atenas, y explora temas profundos de destino, culpa y redención.
La obra comienza con un Edipo ya ciego y envejecido, acompañado por su leal hija Antígona. Llegan al recinto sagrado de las Euménides en Colono, donde un lugareño les solicita que se retiren. Edipo se niega, sabedor de que el oráculo ha predicho que ese será el lugar de su muerte. A medida que la tensión aumenta con la llegada de más vecinos que intentan expulsarlo, aparece Teseo, rey de Atenas, quien ofrece a Edipo su protección y promete que será enterrado en suelo ático, asegurando así que su espíritu proteja la ciudad.
La trama se complica cuando Ismene, la otra hija de Edipo, llega desde Tebas con noticias de que el futuro de la ciudad pende de un hilo debido a la inminente batalla entre sus hermanos, Polinices y Eteocles. Se revela que el vencedor será quien posea el cuerpo de su padre. Esto lleva a Creonte, cuñado de Edipo y regente de Tebas, a intentar secuestrarlo para llevarlo de vuelta a Tebas. En un dramático giro, Teseo rescata a Edipo y sus hijas de las garras de Creonte.
Después, Polinices busca el apoyo de Edipo, fingiendo arrepentimiento y buscando su bendición para la batalla contra Eteocles. Sin embargo, en lugar de apoyo, recibe la ira de su padre, quien lo maldice a él y a su hermano, profetizando que morirán por manos del otro. Poco después, un trueno anuncia la muerte inminente de Edipo. Este, en sus últimos momentos, solo revela a Teseo el lugar de su tumba, asegurando la protección y prosperidad futura de Atenas. Edipo muere solo, en un acto de solitaria dignidad, sólo en presencia de Teseo, tras despedirse de sus hijas.
"Edipo en Colono" no solo concluye la trágica historia de Edipo, sino que también ofrece un cierre en el que se cuestiona la responsabilidad personal frente al destino inexorable, un tema central en la obra de Sófocles.