En el místico pueblo de Ulthar, donde rigen leyes tan antiguas como los mismos dioses, se encuentra el origen de una peculiar prohibición: nadie puede matar a un gato. Este decreto, narrado con maestría por H. P. Lovecraft en su cuento "Los gatos de Ulthar", surge de una historia de venganza y misterio que envuelve al lector en un velo de fantasía y terror.
Los protagonistas de esta leyenda son una siniestra pareja de ancianos que disfrutan atrapando y asesinando gatos. Los habitantes de Ulthar, temerosos y resignados, optan por mantener a sus mascotas lejos de la ominosa cabaña de los ancianos. Sin embargo, la llegada de una caravana de peregrinos trae consigo un cambio dramático. Entre ellos se encuentra Menes, un joven huérfano que viaja con su único compañero, un pequeño gato negro. Tras la desaparición de su gato, Menes, devastado, descubre las maquinaciones de la pareja y recurre a una plegaria en un lenguaje desconocido, que altera el curso del cielo y del destino del pueblo.
La misteriosa oración de Menes provoca que todos los gatos de Ulthar desaparezcan durante una noche, solo para regresar al amanecer, aparentemente saciados y con el misterio de la desaparición de la pareja de ancianos, cuyo último rastro son dos esqueletos encontrados en su cabaña. Superados por el horror y el asombro, los aldeanos, impulsados por el temor a represalias futuras, deciden promulgar una ley que prohíbe la matanza de gatos.
Publicado por primera vez en 1920 en la revista Tryout, "Los gatos de Ulthar" es uno de los relatos más queridos y destacados del periodo temprano de Lovecraft, en el que muestra su habilidad para tejer historias de horror cósmico y su capacidad para explorar los miedos y supersticiones humanas a través de la influencia del autor Lord Dunsany. Este cuento no solo es un testimonio del talento narrativo de Lovecraft, sino también una pieza clave que conecta con otros relatos de su vasto universo literario.