"El asiduo de las tinieblas", un cuento de ciencia ficción y terror del célebre H. P. Lovecraft, es una de sus creaciones más atmosféricas y perturbadoras. Publicada por primera vez en 1936 en la revista Weird Tales, esta obra se sitúa en el corazón de Providence, Rhode Island, donde el joven escritor Robert Blake descubre una iglesia abandonada en Federal Hill que lo obsesiona con su misteriosa presencia y su sombría historia.
Blake, cuya curiosidad por lo oculto no conoce límites, se ve atraído por la iglesia debido a los rumores que vinculan el edificio con el culto "Iglesia de la sabiduría estrellada". A medida que profundiza en su investigación, Blake descubre que la iglesia ha sido escenario de desapariciones y presuntos rituales oscuros, alimentando su deseo de explorar el lugar. Dentro de la iglesia, encuentra el esqueleto de Edwin M. Lillibridge, un reportero que desapareció en 1893, y un antiguo artefacto conocido como el "trapezoedro resplandeciente". Este objeto, almacenado en una caja de metal adornada con símbolos arcanos y reposando sobre una columna igualmente enigmática, tiene el poder de invocar a un ser ancestral y maligno de las profundidades del cosmos.
La insensata manipulación de Blake del trapezoedro convoca al ser del título, liberando una fuerza que sólo puede subsistir en la oscuridad. Atrapado en la torre durante el día por la luz de la ciudad, el ser acecha, esperando un apagón que le permita escapar. Durante una tormenta eléctrica, con la ciudad parcialmente a oscuras, los habitantes de Providence escuchan horrores emanar de la iglesia y buscan consuelo en oraciones. Blake, aterrorizado por las consecuencias de sus acciones, espera desesperadamente que la luz siga encendida. Desafortunadamente, un corte de energía permite que la entidad se dirija hacia él, culminando en un encuentro fatal. Blake es encontrado muerto, con una mirada de absoluto terror, y sus últimas palabras insinúan la aterradora visión del ser acercándose a él.
Con "El asiduo de las tinieblas", Lovecraft teje una narrativa que no sólo captura el terror cósmico característico de sus historias, sino que también ofrece una crítica sutil a la curiosidad humana y la obsesión con lo desconocido. Esta historia, siendo la última escrita por Lovecraft, sirve como un cierre sombrío y reflexivo a su impresionante legado en la literatura de horror.