'Ben en el mundo', publicado en el año 2000 y traducido por Ángela Pérez, es una obra de Doris Lessing que continúa la historia iniciada en 'El quinto hijo'. En esta segunda entrega, seguimos a Ben Lovatt, ahora un joven de dieciocho años, quien se encuentra aislado de su familia y viviendo en los márgenes de la sociedad. Ben es consciente de que su aspecto y comportamiento generan suspicacias, lo que lo obliga a mantener un perfil bajo, aunque no consigue evitar el abuso constante al que es sometido. A pesar de encontrarse con personas amables que desean ayudarlo, sus esfuerzos por encontrar un lugar para Ben en un mundo que parece inhumanamente normalizado son en vano.
Doris Lessing enfrenta un desafío narrativo considerable al centrarse en Ben, quien en 'El quinto hijo' era percibido principalmente a través de los ojos de su madre, Harriet Lovatt. Sin Harriet presente en esta novela, el enfoque cambia a una rica galería de personajes secundarios, cada uno con sus propios conflictos y subtramas, que cruzan el camino de Ben. A través de sus percepciones y experiencias, el lector puede conocer y empatizar con Ben, quien lucha por encontrar su lugar en un mundo que no parece tener espacio para él.
En el desarrollo de la novela, la autora necesita tiempo para construir el personaje de Ben adulto. Este enfoque inicial puede parecer lento y presentar dificultades narrativas, con el primer tercio de la novela dando la impresión de ser un intento fallido. Sin embargo, a medida que el lector avanza hacia el segundo tercio, la historia y el conflicto comienzan a tomar forma, revelando la maestría de Lessing en la construcción de una narrativa compleja y conmovedora. Los elementos cuidadosamente sembrados a lo largo de la novela cobran sentido en el último tercio, donde la intensidad de la historia alcanza su clímax y mantiene al lector cautivado hasta el final.
A diferencia de 'El quinto hijo', que es una novela independiente con un cierre coherente, 'Ben en el mundo' depende de su predecesora para su contexto. Esto la convierte en una obra insólita, con un estilo narrativo único. La dilación en el arranque y las subtramas de los diferentes personajes, cuyos desenlaces son conocidos a lo largo de la lectura, permiten a Doris Lessing explorar temas profundos sobre la aceptación, la pertenencia y la humanidad a través de la figura de Ben.