"La leyenda de la montaña de fuego", el esperado cierre de la "Trilogía del Fuego" de Sarah Lark, nos sumerge en una poderosa epopeya literaria que captura las emociones y desafíos de sus personajes en el contexto histórico de Nueva Zelanda en 1880. Ambientada en Otaki, Isla Norte, la historia sigue a Aroha, hija de Linda y Franz, quien lleva una vida feliz en la escuela dirigida por su madre hasta que un trágico accidente de tren altera su realidad, sumiéndola en una profunda crisis.
Tras el accidente, Aroha se refugia en Rata Station, la granja ovina de su familia, buscando sanar y reconstruir su vida. Es aquí donde se reencuentra con Robin, hijo de Cat y Chris, y su prima March, hija de Mara y Eru. Robin, un joven apasionado por el teatro más que por la vida en la granja, y March, criada entre los maoríes y educada por su abuela en una mezcla de culturas, se convierten en pilares fundamentales en la recuperación de Aroha.
La novela explora la evolución de Aroha, quien, ayudada por sus amigos y las experiencias compartidas, empieza a trabajar como guía turística, interactuando con la rica cultura maorí y defendiendo los derechos de los inmigrantes chinos, mostrando su crecimiento personal y compromiso social. En su camino, Aroha enfrenta las supersticiones de una maldición familiar, descubre el amor y se atreve a seguir sus propias pasiones, reflejando las luchas y victorias de las mujeres de su tiempo.
Con una narrativa envolvente que combina elementos históricos reales con la ficción, Sarah Lark no solo concluye magistralmente su trilogía, sino que también entrelaza personajes de su anterior serie, "La trilogía del árbol kauri", enriqueciendo la experiencia del lector con un universo coherente y vibrante. "La leyenda de la montaña de fuego" es una obra que celebra el espíritu resiliente de sus personajes y la belleza de una tierra marcada por su historia y su gente.
Publicada en 2016 por EDICIONES B, esta novela de 752 páginas en encuadernación cartoné, no solo es un testimonio de la capacidad de superación, sino también un homenaje a la rica diversidad cultural de Nueva Zelanda, haciendo de este libro una lectura obligatoria para los amantes de la ficción histórica y las sagas familiares profundamente humanas y motivadoras.