"El grito de la tierra", de Sarah Lark, es la emocionante conclusión de la trilogía "Nube Blanca" que nos transporta de vuelta a la majestuosa Nueva Zelanda en el año 1907. La historia sigue a Gloria, bisnieta de Gwyneira, cuya vida da un giro drástico cuando es enviada a un colegio en Gran Bretaña junto con su prima Lilian. A diferencia de Lilian, que se adapta a las rígidas costumbres del Viejo Mundo, Gloria siente un profundo anhelo por regresar a su tierra natal, un deseo que la lleva a trazar un plan audaz para tomar las riendas de su destino.
A lo largo de la novela, el lector acompaña a Gloria en su lucha por volver a Nueva Zelanda, donde enfrentará numerosos desafíos que la transformarán en una mujer fuerte y decidida. La narrativa se enriquece con vívidas descripciones de los paisajes neozelandeses y la vida de los maoríes, aunque estos elementos a menudo actúan más como un telón de fondo que como protagonistas centrales de la trama. Sin embargo, los episodios que destacan por su detalle y dinamismo son aquellos que describen los combates en Galípoli y una tormentosa recolección de ovejas en las montañas, que añaden un vibrante sentido de aventura y tensión a la historia.
Este libro, aunque sigue la línea de entretenimiento y facilidad de lectura de sus predecesores, ha generado opiniones mixtas entre los lectores. Algunos lo consideran el más emocionante y completo de la trilogía, mientras que otros lo encuentran previsible y menos cautivador que los libros anteriores. A pesar de estas críticas, "El grito de la tierra" ofrece una conclusión satisfactoria a la saga, manteniendo la cohesión con los otros libros mediante la inclusión de personajes conocidos y queridos, como la octogenaria Gwyneira, cuya presencia brinda un sentido de continuidad y cierre a la trilogía.
En resumen, "El grito de la tierra" es una novela que entrelaza con habilidad el romance y la aventura, presentando una heroína inolvidable cuya jornada no solo es un reflejo de su crecimiento personal, sino también un homenaje a la indomable belleza y espíritu de Nueva Zelanda. Aunque pueda parecer sencillo en su ejecución, el libro es un testimonio del poder de la determinación y el amor profundo por el lugar que llamamos hogar.