"El legado de Maude Donegal" y "El hijo superviviente", dos relatos largos de Joyce Carol Oates, se presentan como una exploración profunda y envolvente de la mente humana y la violencia que sufren las mujeres. Con una narrativa que desafía lo convencional, Oates sumerge a los lectores en atmósferas góticas y oníricas que desafían la percepción de la realidad.
En "El legado de Maude Donegal", la protagonista, Clare, recibe una llamada inesperada que cambia el curso de su vida. Adoptada y sin conocimiento de sus orígenes, se entera de que ha heredado una propiedad de una abuela desconocida. Este evento la empuja a un viaje a Cardiff, Maine, donde se enfrenta a un mundo desconocido y comienza a cuestionar su infancia y las razones de su adopción. A medida que avanza la historia, Oates nos lleva a través de un paisaje mental casi surrealista, donde la realidad se entrelaza con los recuerdos fragmentados de Clare. La autora examina el poder de la memoria y cómo los traumas ocultos pueden emerger de maneras inesperadas, planteando preguntas sobre lo que es verdaderamente real.
Por otro lado, "El hijo superviviente" aborda la complejidad emocional de Elizabeth, quien se casa con un hombre mayor cuyo pasado está marcado por una tragedia: su ex esposa, una poeta reconocida, se suicidó después de asesinar a su hija. Elizabeth se convierte en la madrastra de Stefan, el hijo superviviente de diez años, un niño solitario y vulnerable que fue testigo de la tragedia. En un intento por protegerlo, Elizabeth se enfrenta a sus propios miedos e inseguridades mientras navega por la relación con su marido y el espectro de la primera esposa que aún ronda la casa familiar en Cape Cod. Oates explora con maestría el estado mental de Elizabeth, atrapada entre el deseo de conectar con Stefan y la amenaza de ser consumida por el pasado de su esposo.
Ambas historias destacan por su capacidad para condensar complejos estados mentales y emocionales en narrativas densas y atmosféricas. Joyce Carol Oates, sin recurrir a explicaciones excesivas, ofrece un vistazo a la fragilidad de la mente humana y la manera en que los recuerdos y los traumas no resueltos pueden moldear nuestras vidas. En estas obras, la autora reafirma su habilidad para crear personajes femeninos memorables y cuestionar las dinámicas de poder y violencia que enfrentan las mujeres en la sociedad contemporánea.