En "Eros, Thanatos y su puta madre", Javier Sardá nos presenta una novela sorprendente y divertida que explora el más allá con una mezcla de humor y reflexión. La historia sigue a Gastón Renom Daladier, conocido como Gastrónomo, quien tras sufrir un accidente inesperado, se encuentra en un lugar insólito llamado Ámbito. Este es un espacio peculiar donde las almas permanecen mientras sean recordadas en Mundo, que no es otro que nuestro propio planeta Tierra.
En Ámbito, Gastrónomo se cruza con personajes históricos y célebres de todos los tiempos y latitudes. Desde Borges y Marilyn Monroe hasta Freud, Churchill, Nerón y el mago Houdini, todos comparten el mismo destino: ser recordados eternamente. Esta condición los mantiene atrapados en Ámbito, lo que genera un sentimiento de injusticia. Los "históricos", como se les llama, comienzan a resentir su situación en comparación con los "anónimos", quienes tienen la facilidad de ser olvidados y, finalmente, liberarse.
El malestar entre los "históricos" y los "anónimos" escala hasta desatar un conflicto entre ambos grupos. En medio de esta caótica situación, Gastrónomo, aún tratando de comprender su nueva existencia como ente, es elegido para desempeñar el papel de mediador en esta contienda de memorias. Sin embargo, sus tareas diplomáticas se complican cuando se enamora de Marilyn Monroe. La posibilidad de pasar una eternidad junto a ella lo lleva a cuestionarse el verdadero valor de ser recordado para siempre.
Mientras tanto, la vida en Mundo sigue su curso, con sus propios altibajos y cotidianidades. Sardá, con su característico estilo narrativo, nos invita a reflexionar sobre el legado, la memoria y el sentido de la inmortalidad. A través de situaciones humorísticas y personajes entrañables, la novela plantea preguntas profundas sobre lo que realmente significa vivir, morir y ser recordado.
"Eros, Thanatos y su puta madre" es una obra que mezcla lo absurdo con lo filosófico, ofreciendo a los lectores una experiencia literaria que es tanto entretenida como introspectiva. Con esta novela, Sardá demuestra su habilidad para conjugar lo cómico con lo trascendental, en un relato que desafía nuestras percepciones sobre la vida y la muerte.