Alejandro Dumas, conocido por sus grandes novelas de aventuras, nos ofrece en "Deseo y posesión" una obra corta pero intensamente significativa. Publicada inicialmente en el diario "Le Mosquetaire" y más tarde incluida en la colección "Bric à brac" de 1861, este relato se distingue por su enfoque en la alegoría, un género que Dumas explora con la misma maestría con la que ha construido épicas narrativas.
En "Deseo y posesión", Dumas nos invita a reflexionar sobre la eterna lucha entre el anhelo y la satisfacción a través de la historia de un niño y una mariposa. La mariposa, descrita con alas que combinan los colores del ópalo —blanco, rosa y azul—, simboliza lo inalcanzable y efímero. El niño, por su parte, representa la inocencia y el deseo ardiente de poseer esa belleza inasible.
La trama se desarrolla en un prado donde el niño ve por primera vez a la mariposa y se lanza a capturarla. A medida que la persigue, la mariposa se posa brevemente solo para volar de nuevo justo cuando el niño cree poder atraparla. Esta danza entre el deseo y el fracaso se repite, llevando al niño cada vez más lejos de su punto de partida y, metafóricamente, a través de las etapas de su vida. Desde la infancia hasta la juventud, el deseo del niño se transforma en una obsesión que lo aleja de la seguridad y lo lleva a un terreno cada vez más árido y espinoso.
Dumas utiliza esta sencilla pero poderosa alegoría para hablar de la condición humana, en particular de los artistas y escritores —como él mismo— cuyo deseo de capturar la esencia de la vida a través de las palabras es tanto su motivación como su maldición. La obra subraya la idea de que el proceso de desear, más que la posesión misma, es lo que da color y significado a la vida. La cita de Pascal que resuena al final del relato, "Es más importante salir de caza que conseguir una presa", encapsula esta filosofía, sugiriendo que la verdadera belleza de la literatura, y de la vida misma, radica en la búsqueda eterna.
"Deseo y posesión" es, en última instancia, una meditación sobre la naturaleza insaciable del deseo humano y sobre cómo nuestras obsesiones nos moldean y a veces nos llevan por caminos inesperados. Con su prosa elegante y su profundo simbolismo, Dumas nos ofrece una obra que es tanto un deleite para la mente como una caricia para el alma.