"Don Juan de Marana o la Caída de un Ángel" es una obra teatral en cinco actos escrita por Alexandre Dumas (padre), acompañada de música de M. Piccini, que se estrenó en el Teatro Puerta de San Martín en París, el 30 de abril de 1836. Esta pieza, que revisita el mito de Don Juan, combina elementos del legendario seductor con la historia de Miguel de Mañara, un caballero sevillano con fama de conquistador, aunque en la vida real fue un filántropo devoto.
La trama gira en torno a Don Juan de Marana, un joven de alta cuna que, bajo la influencia de ángeles malvados, seduce a mujeres dejándolas luego en desgracia. Algunas de sus víctimas llegan al suicidio, mientras que otras huyen de sus hogares, cayendo en deshonra. A lo largo de la obra, se desarrolla un intenso conflicto espiritual, con ángeles buenos y malos luchando por el alma de Don Juan. Este conflicto culmina con un crimen que sellará el destino eterno del protagonista, mostrando su caída irremediable.
El elenco incluye personajes como Sor Marta, El Ángel Bueno, La Virgen María, Don Juan de Marana, su hermano Don José, y otros notables como Don Fabrique y Don Enrique, entre otros. La obra se destaca por su rica caracterización y el uso de intermedios que dividen los actos en un total de siete cuadros, permitiendo una narrativa compleja y enriquecida.
La obra de Dumas precede a la famosa "Don Juan Tenorio" de Zorrilla, estrenada en 1844, y ofrece una interpretación más sombría y tal vez más diabólica del personaje de Don Juan. Dumas utiliza el personaje de Miguel de Mañara, rebautizado como Marana, para explorar temas de redención y condena, en un entorno donde lo celestial y lo terrenal se entrelazan de manera dramática. Este Don Juan no solo es un seductor, sino también una figura trágica atrapada en una lucha espiritual que refleja las tensiones entre el bien y el mal.
En resumen, "Don Juan de Marana o la Caída de un Ángel" es una obra teatral intensa y provocadora que explora la naturaleza dual del ser humano, la lucha entre la redención y la perdición, y el poder de las fuerzas sobrenaturales en la vida de los mortales. Su estreno en 1836 marcó un momento significativo en la historia del teatro francés, mostrando la habilidad de Dumas para fusionar elementos clásicos con innovaciones dramáticas.
