'Cuando éramos niños' es una obra poética del célebre autor uruguayo Mario Benedetti que explora la evolución de la percepción humana sobre la vida y la muerte a través de las distintas etapas de la vida. A través de su estructura y figuración lírica, Benedetti captura la esencia de cómo cambia nuestra relación con el mundo y con el concepto de mortalidad a medida que envejecemos.
En su infancia, Benedetti nos presenta un mundo donde los adultos parecen ancianos a los ojos de los niños, donde un simple charco se ve como un océano vasto y donde la muerte es un concepto totalmente inexistente. Esta percepción amplificada y simplista es típica de la niñez, un tiempo caracterizado por la inocencia y una falta de comprensión de la complejidad de la vida.
A medida que avanza a la adolescencia y juventud, el poeta nos muestra un cambio en la percepción: los adultos son un poco mayores, los cuerpos de agua aún se ven como océanos, pero la muerte se convierte en una palabra conocida, aunque sigue siendo un concepto distante y abstracto. Esta etapa refleja el comienzo de una comprensión más madura, pero aún parcial y limitada por la juventud y la falta de experiencias vitales directas.
La madurez llega con cambios significativos. Al casarse, los individuos se sienten aún jóvenes, pero empiezan a ver la muerte como una realidad palpable, aunque todavía como algo que le ocurre principalmente a otros. Esta etapa refleja una conciencia creciente, pero también una distancia emocional de la inevitabilidad de la muerte, manteniendo la sensación de invulnerabilidad que a menudo caracteriza a la edad adulta temprana y media.
Finalmente, en la vejez, Benedetti enfrenta la realidad de la muerte más directamente. Los océanos son ahora simplemente océanos, y la muerte se convierte en una presencia más personal y significativa. En esta fase de la vida, la proximidad de la muerte se acepta con una mezcla de resignación y comprensión, marcando un punto de reflexión profunda sobre la vida vivida y el tiempo que resta.
Con una mezcla de metáforas, hipérboles y anáforas, Benedetti no solo construye un poema, sino un espejo en el que cada lector puede ver reflejada su propia vida y su propio acercamiento a la realidad inevitable de la muerte. Este poema no solo es una obra sobre el crecimiento y el envejecimiento, sino también una invitación a reflexionar sobre cómo vivimos y cómo enfrentamos nuestro final inevitable.