En "El candelabro enterrado", Stefan Zweig nos transporta a un tiempo tumultuoso, entre la caída del Imperio Romano y la consolidación de Bizancio, entrelazando la historia con el destino de un objeto sacro: la menorá, el candelabro de siete brazos del Templo de Salomón. Esta pieza central del culto judío, robada por los vándalos durante uno de los saqueos de Roma, se convierte en el eje sobre el cual gira el desánimo y la esperanza de un pueblo disperso.
La novela sigue la vida de un rabino anciano, quien desde su juventud ha sido guardián de la esperanza de su gente por recuperar la menorá. A través de su viaje, y los de aquellos antes y después de él, Zweig explora las profundidades del espíritu humano confrontado con la adversidad, la injusticia y la pérdida. Cada portador del candelabro enfrenta desafíos que no solo ponen a prueba su fe, sino también su humanidad y resiliencia.
A medida que la menorá pasa de mano en mano, de generación en generación, el lector es testigo de cómo cada custodio lucha por preservar este símbolo sagrado, a menudo en secreto y bajo gran peligro. Es en esta odisea donde Zweig despliega su habilidad para capturar la esencia de la condición humana, dibujando personajes ricos y situaciones que reflejan tanto la fragilidad como la fortaleza del alma.
Con el trasfondo de ciudades históricas y eventos que definieron épocas, "El candelabro enterrado" no solo es una narrativa sobre la supervivencia de un objeto religioso, sino también una exploración de temas más universales como el exilio, la identidad y la búsqueda de justicia. La prosa de Zweig, rica en metáforas y con una elegancia característica, convierte esta historia en una meditación sobre cómo la fe y la tradición pueden guiar a las comunidades a través de los tiempos más oscuros.
En última instancia, la novela de Zweig es un testimonio del poder de la perseverancia y la fe, y del impacto profundo que un solo objeto puede tener en la historia y el espíritu de un pueblo. "El candelabro enterrado" es una obra que no solo entretiene, sino que también invita a la reflexión, manteniendo al lector cautivado hasta la última página.