"Los metales nocturnos" es una novela que se adentra en las profundidades de un Madrid oscuro y decadente, un escenario donde el tiempo parece haberse detenido bajo la pálida luz de la luna. Francisco Umbral, conocido por explorar los rincones más sórdidos de la sociedad, nos presenta una obra que encapsula la esencia de la transgresión y la autodestrucción en un relato que es a la vez poético y descarnado.
La historia sigue a Jonás, un escritor que encarna el malditismo y que, una noche de agosto, se lanza a las calles de la capital en busca de algo indefinido, quizás de sí mismo o de la verdadera esencia de la noche. Su recorrido lo lleva a lugares donde la moral se desvanece entre el humo y las sombras: burdeles, antros de droga, tabernas y callejones que narran historias de desesperación y deseo. A lo largo de su travesía, Jonás se encuentra con un elenco de personajes que reflejan las múltiples caras de la noche madrileña: prostitutas jóvenes y viejas, traficantes de drogas, almas perdidas en el juego, y una policía que se mueve entre la corrupción y la justicia.
Umbral introduce en la trama un elemento metanarrativo al hacer que Jonás se cruce irónicamente con el propio Francisco Umbral, quien aparece como un personaje dentro de su propia novela. Este encuentro sirve como excusa para que el autor se retrate a sí mismo con un cinismo mordaz, una crítica a su propia figura literaria y a la sociedad que lo rodea. Es un juego de espejos donde realidad y ficción se confunden, enriqueciendo la narrativa y ofreciendo al lector un vistazo al alma del escritor.
Mientras la noche avanza, el destino de Jonás se precipita hacia el caos. Acusado de asesinato, acaba en prisión, un lugar que simboliza el culmen de su descenso a los infiernos personales y sociales. La novela no solo es un viaje físico por un Madrid sombrío, sino también un viaje introspectivo que explora los límites de la moral y la identidad en una sociedad en crisis.
"Los metales nocturnos" es, en definitiva, una obra que captura la fascinación de Umbral por los ambientes decadentes y el lado oscuro de la humanidad, una reflexión sobre el poder destructivo de los placeres y el inevitable impacto de la autodestrucción, escrita con la maestría y el estilo inconfundible del autor.