"Diario de un snob" de Francisco Umbral es una obra que invita al lector a embarcarse en un viaje introspectivo a través del tiempo, ofreciendo una colección de alrededor de 70 crónicas que capturan la esencia de una época pasada, concretamente a comienzos de la década de los 70. Publicado por Ediciones Destino en 1978, este libro de 283 páginas se convierte en una ventana al pasado, donde Umbral, con su característico estilo literario, disecciona la sociedad de entonces con una mirada crítica y perspicaz.
La narrativa de Umbral es rica en metáforas y reflexiones, lo que proporciona una lectura que no solo informa sino también provoca la reflexión. La prosa del autor es conocida por su belleza y profundidad, logrando comunicar ideas complejas de manera accesible y evocadora. Umbral no solo describe los eventos, sino que también ofrece comentarios mordaces y observaciones agudas que resuenan incluso en la actualidad. Temas como la gestión del agua y los incendios, que aún son relevantes hoy en día, son tratados con una visión que parece adelantada a su tiempo.
Una de las crónicas más destacadas es la última del libro, donde Umbral habla del fuego, creando una imagen poderosa y poética de cómo este fenómeno afecta desproporcionadamente a los menos favorecidos: "El fuego, la llama violenta y alegre que muerde siempre en el costado de los pobres... Qué combustible es la pobreza. El dinero es otra cosa, el dinero es un amianto." Este tipo de reflexiones son frecuentes en el libro y ofrecen al lector una profundización en los temas tratados.
Otro ejemplo de la habilidad de Umbral para conectar eventos con ideas más amplias es su crónica "España exporta calidad". Aquí, Umbral reflexiona sobre la importancia de la calidad en un mundo cada vez más competitivo, cuestionando las prácticas comerciales y políticas de la época: "Nosotros creíamos que la calidad se daba por descontada... Pero no. Sólo en último extremo... se recurre a la calidad."
En "Diario de un snob", Francisco Umbral ofrece una obra que, aunque escrita hace más de 50 años, sigue siendo relevante y esclarecedora. Las crónicas no solo narran eventos del pasado, sino que también invitan al lector a reflexionar sobre la continuidad de ciertos problemas en la sociedad actual. Es una lectura que combina entretenimiento con una profunda introspección, manteniendo su vigencia a pesar del paso del tiempo.