Publicada en 1915, "La razón de la sinrazón" es una obra tardía de Benito Pérez Galdós que cierra su "periodo mitológico" y se sumerge en una fábula teatral descrita como completamente inverosímil. Ambientada en la ficticia y onírica ciudad de Ursaria, en Farsalia Nova, esta novela entrelaza personajes sobrenaturales con humanos en una trama que refleja el contexto político y social de la España de principios del siglo XX.
La historia se centra en Atenaida, una maestra que representa la serenidad, el progreso y la justicia, enfrentándose a las fuerzas del caos personificadas por demonios como Arimán, Nadir y Zafronio, y brujas como Celeste y Rebeca. El antagonista, Dióscoro, es un político corrupto y padre de tres hijas, cuya hipocresía camufla sus intenciones malévolas. Atenaida, junto con su aliada Cintia-Pascuala, luchan por preservar la razón en un mundo que amenaza constantemente con sucumbir ante la sinrazón y la mentira.
El clímax de la novela se alcanza con el incendio del Palacio de Don Dióscoro, un evento con fuertes connotaciones faústicas, seguido de un mágico giro donde los magnates de Ursaria son transformados en vegetales, simbolizando su completa desconexión de la realidad y la vida activa. Este giro fantástico no solo sirve como crítica a la aristocracia y la clase política de la época, sino que también refleja la lucha interna y personal de Galdós contra las limitaciones impuestas por su ceguera y su salud deteriorada.
En su esencia, "La razón de la sinrazón" es una meditación sobre la verdad, la mentira y la eterna batalla entre ambas. A través de este retablo de personajes y situaciones fantásticas, Galdós expone su visión crítica hacia la iglesia y la política de su tiempo, manteniendo una base de profunda religiosidad y un mensaje evangélico, como señala Ramón Pérez de Ayala. La novela no solo captura el espíritu de su época, sino que también ofrece una reflexión sobre los dilemas morales y sociales que siguen siendo relevantes en la actualidad.
Como último experimento narrativo de Galdós, "La razón de la sinrazón" revela la maestría del autor para entrelazar lo real con lo fantástico, lo político con lo personal, haciendo de esta obra un testimonio de su lucha por liberarse a través de la creatividad y la crítica social, incluso en los años finales de su vida.