Publicada en 1895, "Nazarín" es una de las obras más emblemáticas de Benito Pérez Galdós, inserta en su ciclo "espiritualista" de las "Novelas españolas contemporáneas". Esta novela se sumerge en la vida y peripecias de Nazario Zaharín, un sacerdote visionario cuya historia se despliega en una trilogía que explora un cristianismo primitivo y utópico, compartiendo espíritu con otros personajes galdosianos como Catalina de "Halma" y Benina de "Misericordia".
La trama se inicia un Martes de Carnaval en una fonda madrileña, donde se presenta a Nazario, un hombre de rasgos bereberes y origen manchego. Desencantado con la vida eclesiástica convencional, Nazario decide abandonar su posición para vivir entre los más desfavorecidos, iniciando un peregrinaje por los suburbios de Madrid, acompañado por sus dos discípulas, Ándara y Beatriz. Estas figuras combinan rasgos de los personajes cervantinos y bíblicos, contribuyendo a la construcción de Nazarín como un híbrido entre Don Quijote y Jesucristo.
En su odisea, Nazarín encarna un idealismo quijotesco y un misticismo cristiano, promoviendo un modo de vida basado en el desapego material y la compasión desinteresada. Su filosofía, una mezcla de comunismo cristiano y pacifismo radical, lo posiciona como un crítico de la sociedad contemporánea y sus valores materialistas. A través de su viaje y sus enseñanzas, Nazarín no solo busca la redención personal sino también provocar una reflexión en los demás sobre la verdadera esencia de la religiosidad y la moralidad.
La novela no solo es una crítica social y religiosa, sino que también expone las contradicciones y el sufrimiento inherentes a la condición humana. A través de la figura de Nazarín, Galdós explora temas de santidad, locura y el papel de los ideales en un mundo imperfecto. La influencia de la tradición mística española y la obra de León Tolstói en la novela refuerzan este enfoque, haciendo de "Nazarín" una obra profundamente filosófica y humanista.
En su esencia, "Nazarín" es una reflexión sobre la fe, la justicia y el sacrificio, invitando a los lectores a cuestionar la autenticidad de sus creencias y la integridad de las instituciones sociales y religiosas. Con su adaptación cinematográfica por Luis Buñuel en 1959, la historia de este sacerdote errante continúa resonando y desafiando a nuevas generaciones a través de distintos medios y contextos culturales.