“Un pueblecito. Riofrío de Ávila” es una obra que nace del encuentro de Azorín con un libro del siglo XVIII, en la bulliciosa feria de libros de Madrid. En este escenario otoñal, el autor, conocido por su estilo detallista y reflexivo, se sumerge en la búsqueda de joyas literarias olvidadas, y se encuentra con la obra de Jacinto Bejarano Galavis y Nidos. El título del libro de Bejarano, “Sentimientos patrióticos o conversaciones cristianas que un cura de aldea, verdadero amigo del país, inspira a sus feligreses”, ya adelanta el contenido rico en diálogos y reflexiones sobre la vida en un pequeño pueblo de Castilla.
Azorín, en esta obra de 64 páginas publicada originalmente en 1916, explora el contexto y la figura de Bejarano, párroco de Ríofrío de Ávila. El autor se pregunta sobre la vida de este culto cura en un rincón tan apartado y sus reflexiones sobre la comunidad que lo rodea. Azorín describe a Bejarano como un “pequeño Montaigne de Ríofrío”, un intelectual curioso y amante de la conversación, que a pesar de su destierro, encuentra serenidad en su entorno rural. La obra se convierte en un diálogo entre el pasado y el presente, donde Azorín reflexiona sobre la inteligencia y la cultura, destacando que la verdadera comprensión no necesariamente proviene de eruditos libros, sino de la agudeza del entendimiento personal.
Azorín también busca paralelismos entre Bejarano y otros escritores ilustrados, resaltando una conexión espiritual y filosófica entre ellos. A través de sus palabras, el lector es llevado a cuestionar la naturaleza del conocimiento y la sabiduría. La obra sugiere que un labriego de Ríofrío podría poseer una inteligencia más genuina que la de un erudito doctor, poniendo en evidencia la simplicidad como una virtud.
El ensayo de Azorín no solo es una exploración literaria, sino también una meditación sobre la vida sencilla, la introspección y el valor del intelecto por encima de la mera acumulación de conocimiento. La obra deja al lector con una pregunta abierta sobre el destino de Bejarano: ¿Puede alguien tan culto y reflexivo permanecer siempre en paz en su aislamiento, o llegará un momento en que la inquietud interior lo lleve a buscar más allá de su sereno destierro?