En "El cura de Tours", Honoré de Balzac ofrece una penetrante exploración de la vida de los solteros en la Francia de principios del siglo XIX, centrándose en una pensión regentada por la Srta. Gamard, quien alquila habitaciones a dos eclesiásticos: el abate Birotteau y el abate Troubert. A través de su narrativa, Balzac analiza con precisión entomológica las dinámicas sociales y las tensiones que surgen dentro de esta pequeña comunidad, donde las personalidades chocan y las ambiciones individuales se desvelan con un tono satírico y crítico.
El protagonista, el abate Birotteau, es un hombre de sesenta años, de constitución apoplética, que lleva una vida marcada por pequeñas miserias personales y la constante amenaza de la gota. Sin embargo, lo que realmente ocupa su mente es la posibilidad de obtener una canonjía en el capítulo metropolitano de Saint-Gatien, un sueño clerical que ha alimentado durante doce años. En una velada en casa de la señora de Listomère, Birotteau recibe casi la garantía de su nombramiento para el puesto vacante, lo que le llena de una felicidad que le hace olvidar incluso el chaparrón que lo sorprende camino a casa.
El relato se desarrolla en un contexto anticlerical y misógino, donde Balzac no solo critica las estructuras eclesiásticas, sino que también ofrece un retrato caricaturesco de los personajes implicados, destacando tanto sus debilidades como sus aspiraciones. La Srta. Gamard, con su control sobre la pensión y su influencia sobre los inquilinos, es presentada como una figura de poder que desestabiliza la ya precaria posición social y económica de Birotteau.
El estudio psicológico de los personajes es central a la obra, reflejando las tensiones y las luchas de clase dentro de una sociedad en transformación. Balzac logra capturar la esencia de una época y de una clase social a través de una narrativa rica en detalles y matices, que aunque puede ser percibida como misógina y anticlerical, ofrece una visión crítica de las instituciones y roles sociales del momento.
En conclusión, "El cura de Tours" es un relato que, aunque breve, sirve como un agudo comentario social y psicológico de la vida eclesiástica y de la sociedad francesa del siglo XIX, dejando al lector con una profunda reflexión sobre la naturaleza humana y las estructuras de poder que la rodean.